estaba fresco el verano

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viernes, 9 de mayo de 2008

Cirulaxia, un jarabe que hace reir (2007)

Cirulaxia Contra Ataca es un colectivo teatral admirable. Una historia de trabajo de seis actores por sobrevivir, con matices conmovedores. Surgidos en pleno crisis del 89, luego de 18 años de entrega y creación, son hoy reconocidos en todo el país por sus particulares y desopilantes recreaciones de textos clásicos. José Luis de la Fuente , Elena Cerrada, Carlos Possentini, Adriana Garcia, Ví­ctor Acosta y Gastón Mori son en su mayoría egresados del Seminario de Teatro, dependiente de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Córdoba, han logrado profesionalizarse y vivir del teatro, algo que en esta aldea, y en casi todo el país, casi siempre resulta una utopía.
Habían participado en montajes teatrales, espectáculos de tí­teres y como narradores orales en distintos elencos hasta 1989, año en que deciden fundar el grupo, constituyéndose en equipo de trabajo permanente, dedicado exclusivamente a las tareas de producción, investigación y creación teatral.

Ladran, señal que cabalgamos: A partir del estreno de “Ladran Sancho”, obra inspirada en “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha ” de Miguel de Cervantes Saavedra, en1990, Cirulaxia sorprende tomando una serie de capítulos esenciales de la novela original. En un escenario desnudo, con una pantalla blanca discurren en lugares y tiempo, con diálogos breves, prescindiendo del discurso épico y poético original, se superponen imágenes, situaciones sonoras en vivo, música de la época. Los personajes exploran perfiles caricaturescos de los arquetipos, los actores fusionan lenguajes teatrales, titiritescos y de teatro de sombras.
Todos estos recursos privilegian la relación entre los protagonistas: Don Quijote y Sancho Panza. Y por allí vagan los dos, dignificando el sentido de la vida, la libertad y también la risa.
Así Cirulaxia inicia ese camino, primero porque no es un accidente lo que une a las personas en el arte. Se reúnen, tal vez porque algunas de ellas están ansiosas por compartir sus experiencias con los demás.

Cirulaxia, un laxante que hace reir: El público se sorprende por estos tipos atrevidos, todos se sorprenden, menos ellos que interpretan en esa primera obra, su gran aventura. Inspirados “levemente” en las ideas de Peter Brook, dice Elena Serrada, “el nacimiento de esta aventura es quijotesca, no encajábamos en ningún lugar. En esa crisis que vivía el país, el panorama era desolador. Nos vimos obligados a estudiar seriamente la escena, había casi solo teatro para niños o ese otro teatro hermético, que auyentaba a los espectadores de las salas, ahí nos vimos forzados por las circunstancias a buscar nuestra propia impronta. No nos bancábamos tener un director, eran los primeros años pos regreso a la democracia con el regreso de los exiliados, muchos de ellos peleados con los que se habían quedado aquí. Cada cual tenía su quinta, y a nosotros no nos interesaba entrar para ser actores de esas disputas ideológicas y estéticas. Nos dimos cuenta que nosotros éramos un proyecto distinto. Ensayábamos en las aulas de la vieja escuela, donde ahora es el Patio Olmos, llevábamos las bombitas de luz porque no había. Ese marco fue el inicio de un camino de resistencia ante una crisis que arrasaba con todo, y ante nuestros propios pares”. Carlos Possentini, casi el único que no viene desde la formación teatral, sino de un intento frustrado por una carrera de comunicación, y que sostiene, “yo me llevo el escenario por delante, para mí el teatro fue un accidente” afirma que “esa adversidad iniciática nos marcó y nunca perdimos esa pulsión por buscarle la vuelta a la historia como en aquel entonces. En ese período mientras nosotros nos conformábamos como grupo, la mayoría de los grupos del teatro independiente estallaban, no podían sobre vivir a la crisis. La actividad teatral iba a menos, la gente no iba a las salas, no había espectadores, y quizá ahí se nos abrió esa brecha, la de ir a buscarlos. Nuestra supervivencia y continuidad tiene que ver con el nacimiento del grupo, es una cuestión fundacional. Surgimos en un momento tan crítico, que la utopía de querer vivir del teatro no existía ni en las mentes más afiebradas. El pan aumentaba cada diez minutos y nosotros tratando de vender teatro”.
El nombre del grupo surge gracias a la marca de un laxante de ciruela y a un juego con nombres de películas, entre la Guerra de las Galaxias y el Imperio Contra Ataca y por necesidad de identificar al grupo para presentarlo en un concurso. “Ahí nos dimos cuenta que cuando uno habla de contra atacar es porque ya te han atacado y nosotros ya veníamos golpeados, fue nada más que una reacción”, acota Possentini.

Una troupe de trotamundos: En general, los grupos de teatro, como es natural, primero piensa en una casa, en una sala, no es el caso de Cirulaxia. El grupo se impuso la premisa de ir a buscar a los espectadores allí donde fuere, y antes de tener una sala donde actuar se preocuparon en conseguir una combi para trasladarse. En 18 años recorrieron casi todo el país. Fueron invitados a festivales en Salta, Tucumán, Capital Federal, Rosario, Mar del Plata, Santa Fe, y en cientos de lugares más. La repercusión de sus trabajos llevó a Cirulaxia fuera del país, varias veces a festivales internacionales en Colombia (Manizales, Ibague y Popayán, Pasto), a Santiago de Chile, a la República del Salvador, a Guatemala Representando a Argentina en Festival Centroamericano e Internacional de Teatro “Creatividad sin Fronteras”, invitado Especial a la I Reseña Internacional de Teatro de la ciudad de Guatemala, invitado Especial para realizar un Ciclo de Funciones en San José de Costa Rica, Invitado Especial para realizar un Ciclo de Funciones y Ponencias para la Cátedra de Literatura Española de la Universidad de Buffalo. Auspiciado por The International Artistic and Cultural Exchange Program of the Departament of Theatre and Dance State University of New York at Buffalo . EE.UU . Invitados a la “1ra Muestra de Teatro del Mercosur”. En San Pablo.Brasil.
“A la combi Volswagen la compramos con un premio que ganamos con la obra “Jettatore”, recuerda Serrada. Jettatore fue una versión libre de la obra homónima de Gregorio de Laferrere, que el grupo lleva a un final feliz con el único objetivo de divertir. Una pintura descarnada de los defectos, de las ridiculeces, de los vicios sociales, con elementos de la comicidad en la acción de los protagonistas. Una estampa de la época de Laferrere, de la Argentina de principios de siglo que Cirulaxia desplegó dentro de una gran caja para quebrar la estructura realista del autor, de esta obra considerada el primer vodevil dentro de la historia del teatro argentino. “Con Campeando al Cid, ya nos habíamos hecho conocer por mucha gente de todo el país gracias a un festival que se había realizado en Córdoba, entonces llega Jettatore y otra crisis, la caída de Angeloz. Todo lo que habíamos planeado se nos derrumbó, entonces le cambiamos el motor fundido a la combi y salimos a girar”, recuerda Serrada.

Trabajo de abejas: Cirulaxia atacó a López de Vega, la idea era trabajar “Fuenteovejuna” pero de ovejas mutaron a abejas producto de las asociaciones bajo una sospecha genuina de la envidia humana, cuánto de verdad hay en ese mundo ideal de los himenópteros según nos contaron ciertos hombres. Atacaron a apicultores y biólogos para llegar a un fenómeno novedoso y particular que denominaron la “enjambrazón”, algo así como una rebelión popular donde se produce la muerte de los zánganos luego del vuelo nupcial. En definitiva “Fuenteovejuna” quedó convertida en tres insectos, tres protagonistas que libaron en el velorio de un tirano. Eso fue Purolope.
Lope de Vega hubiera dicho, “trabajan como burros” pero la verdad es que Cirulaxia en pleno labora como las abejas. “Somos un grupo de autogestión, pero muy distintos a otros que funcionan en torno a una figura, o un guía por decirlo de alguna manera. Nosotros somos seis pelagatos que hacemos todos y todos tenemos las mismas responsabilidades. Hemos conseguido vivir del teatro, algo que es bastante difícil, no solo en Córdoba sino también en Buenos Aires”, explica Serrada.

Cirulaxia despierta a Ubu: Pero si de reír se trata, Cirulaxia no podía pasar de largo por el desopilante mundo de Alfred Jarry, atacan a Ubu para despertarlo, para que recuerde su época de esplendor de su reinado en Polonia por una razón más que valedera, el dinero se está acabando. Lo atacan para incitarlo a usurpar un nuevo reino, pero cuando logran despertar al padre Ubu ya no está solo, lo acompaña su conciencia, conciencia con la que pelearán en toda la obra. Para desgracia del mundo Cirulaxia y de sus ambiciones, ante este cuadro tienen como testigo a un niño, nada menos que a un niño. En la elección de las obras, para Cirulaxia el humor es imprescindible, “para nosotros es una forma de vida, y tiene que ver con nuestra idiosincrasia, tenemos mucho humor y no andamos contando chistes todo el día. El humor es vital, asi buscamos otra manera de contar los clásicos y los elegimos de manera errática”, explica Serrada.

Actores que buscan espectadores: Cirulaxia no tenía público y salió a buscarlo. Elena Serrada cuenta que antes de las salas comenzaron a actuar en los colegios y luego intentaron que los chicos hicieran el esfuerzo e salir del colegio para ver teatro. “Primero empezamos en los colegios gracias a esos profesores y directivos que tuvieron una visión amplia e integradora de la educación, gracias a ellos que pudimos hacerlo. Luego de los colegios, nos desplazamos hacia los centros vecinales para que los chicos fueran al menos caminando hasta ese lugar para ver teatro. Después comenzamos a llevarlos a las salas. En definitiva, instalamos entre muchos chicos la idea de que había que salir para ver teatro. Y eso dio sus frutos, hicimos un paciente trabajo para formar espectadores, ahora nos encontramos por ahí con chicos que ya están en la universidad que nos dicen que la primera vez que vieron teatro fue “cuando ustedes llevaron una obra al colegio. Además, esto también sucede, son los chicos que terminan llevando a sus padres al teatro”.
Pero en el mundo Cirulaxia las cosas no suceden de casualidad, según Possentini, “dentro de la estructura del grupo, tenemos un proyecto destinado a los jóvenes, a la educación y eso hace que mucho público nos vea, el año pasado nos vieron unas 10 mil personas, parece una broma, o un autobombo de esos grupos de verano de Carlos Paz, pero no lo es, es cierto. Trabajamos a conciencia para la formación de un nuevo espectador”.
“Pero el proyecto para público joven no nos empuja a tener una obra para jóvenes y otra para adultos, es una única obra que articulamos, y vemos de que manera puede funcionar para públicos tan distintos”, aclara Gastón Mori.
“También hubo de nuestra parte un esfuerzo para acabar con bastardeo, con esa idea de que los artistas viven del aire. Nos profesionalizamos porque le hicimos comprender al espectador que debe pagar una entrada para jerarquizar el espectáculo, la calidad, para que a su vez el espectador no salga defraudado”, explica con cierto orgullo, Possentini.


Eh, Cirulaxia!: Gastón Mori, menos hablador, sanjuanino de origen, actor publicitario de éxito, relata que no son pocas las veces que lo sorprenden por ahí llamándolo por el personaje de alguna obra que protagonizó, o mejor aún, de un modo más categórico y bien cordobés, “¡Eh Cirulaxia! Nos reconocen de esa manera, eso es lo que hemos logrado en estos años de trabajo. Además, vemos que los chicos valoran este trabajo como cualquier otra actividad, nos enorgullece que los adolescentes vean el teatro como una profesión valorada”.
Mori se encarga de explicar que después de cada función para los colegios donde no concurren menos de 120 chicos, “siempre abrimos un debate y son todos muy interesantes, ahí creo que realmente nos damos cuenta que pasa con nuestras obras. Como hacemos teatro con mucho humor, los chicos ven a esto como una opción para divertirse mas allá de ir a bailar”.

Circo Criollo: En el trabajo que aún Cirulaxia le ofrece a su público, “Modestamente, con bombos y platillos!”, el grupo alcanza su total madurez para profundizar en detalles de la representación. Es un espectáculo soberbio, cuatro actores andariegos caídos en tierra desde un tren que cruza los paisajes desiertos, rodados de un sueño de atracciones magníficas, dejados en la vida como arriba de un trapecio de circo, decididos a no aceptar la burla del destino, se lanzan, sin red, al vértigo de un nuevo espectáculo: una particular versión de Juan Moreira, esperando que en el cielo se dibuje ¡por fin! la buena estrella, se ejercitan para fortalecerse y dar batalla a las circunstancias, que parecen empecinadas en no permitirles el éxito, que de verdad merecen. Cuatro actores tras la pregunta desesperada que devele el misterio del éxito. Con esta obra, Cirulaxia recupera la más antigua tradición teatral rioplatense, el circo criollo que comienza a gestarse en el país hacia 1880, y que es el origen del teatro argentino.
El espectáculo originariamente estaba compuesto de números circenses (acrobacia, equilibrio, trapecio, payasos) y luego de un intervalo, en la segunda parte, se representaban obras de teatro.
Estos artistas transhumantes fueron mensajeros esforzados de la actividad artística en los ámbitos más lejanos de la patria, entre ellos se destacaron "Los hermanos Podestá" que representaron por primera vez "Juan Moreira" (drama gauchesco inspirado en la novela de Eduardo Gutiérrez) Esta obra que ganó el favor del público y con el tiempo se convirtió en un clásico, es reconocida como la primera obra de teatro nacional.
Así, Cirulaxia arroja a sus desgraciados actores desde un tren, tres artistas de circo itinerante con sus bártulos a cuestas (Polito, Gregorio, Edgardo) y envuelto en un colchón entra el cuarto personaje (Beto) que comienza a quejarse de la vida que llevan y de no haberle hecho caso a su padre con respecto a la profesión elegida. Los demás tratan de darle ánimo y fortalecerlo pero no logran que cambie de parecer.
Desde que han decidido hacer "Juan Moreira" (historia de un gaucho perseguido injustamente) parece que el destino los empuja al fracaso, y se preguntan porque la Compañía de Los Podestá tuvo tanto éxito con la misma obra. Uno de ellos va desempacando y aparecen cuatro bombos. Los demás se sorprenden, hasta que se enteran que fueron comprados con el dinero de los pasajes. Están a 300 kilómetros de distancia del pueblo más cercano. Polito intenta explicar que con los bombos tal vez puedan enriquecer el espectáculo y tener mejor suerte. Ofendidos y no dispuestos a hacer ningún cambio deciden practicar sus rutinas de circo con las que llevan 17 años de andar por los caminos.
Beto: "El monarca de los Músculos", Gregorio: "El Ángel de las alturas"
Edgardo: "La sin rival Flama Humana". “Con bombos y platillos, tiene que ver con lo autobiográfico porque somos la otra cara de los Podestá. A ellos todo les salía bien, tocaban algo y lo convertían en oro. También tiene que ver con la historia de vivir en Córdoba, aquí es muy difícil hacer una historia, todos los días tenés que cantar como Gardel”, explica Serrada que en esta obra, ofició como directora de la puesta y de los actores.

Lomenaje, lo que viene: Hablar mal es una costumbre que un cordobés no resigna, hay detrás de esa modalidad cierta rebeldía y ciertas pretensiones aristocráticas, aspiraciones de grandeza por una historia heredada, esas cosas hicieron pensar a los integrantes de Cirulaxia en realizar un gran homenaje a uno de los poetas más importantes del siglo veinte, a Federico García Lorca. “Ya estamos haciendo algunas funciones pero todavía no la hemos estrenado para el público en general. Lomenaje es una comisión de una institución barrial que pretende hacerle una homenaje a García Lorca, en el día de la madre, porque según ellos, es un poeta que habló de las madres. Esa es la excusa para rescatar, no tanto la obra poética, como dramaturgo, si no la personalidad de Lorca, creadora, arrebatadora. Todo lo que hizo lo hizo bien, la poesía, el dibujo, las canciones. Siempre nos preguntamos que hubiese pasado con él, que estaba en un proceso maravilloso, si no lo mataban como lo hicieron a los 36 años. El se estaba haciendo grandes preguntas sobre el arte, el arte popular. Por eso usamos algo que dijo- un pueblo que no fomenta, que no alimenta el teatro, sino está muerto, está moribundo-. Trabajamos sus discursos, su pensamiento, su postura clarísima. Todo el mundo recuerda su risa, nosotros hacemos la obra pensando que nos reímos con él, que él se ríe con nosotros, porque en realidad, salvo en las obras de títeres, Lorca no manejaba el humor, era más bien dramático. Por eso desde el respeto pensamos en su sentido del humor para vivir y para ver la tragedia, que es lo menos conocido”, monologa Elena Serrada casi sin respirar. “Si el porvenir que nos espera es la realidad virtual y la soledad del hombre frente a una pantalla, queremos reivindicar el buen humor y la alegría porque son plurales, ya que su lugar de manifestación es el entramado social, la fiesta, el grupo, la familia…Añoramos la niñez, época en que mucho giraba en torno a los clubes y las asociaciones barriales, donde se realizaban cantidad de actividades y el fin de semana se engalanaban con ruidosas y alegres fiestas familiares de los que la mayoría de los vecinos participábamos…podía ser durante la cena del Día de la Madre o el Festival de la Amistad , o la quermese que se organizaba para recaudar fondos para la escuela, o en un gran locro de fiesta patria…Partimos desde la nostalgia de la alegría compartida y como el humor es nuestro modo de entender y digerir la realidad, en cada chiste, en cada broma, en cada chanza, nos sentimos arrojados, con absurda inocencia, a la ilusión de la infancia recobrada…” recita Possentini como si estuviera dentro de uno de los personajes de la comisión de una ignota institución barrial.

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