estaba fresco el verano

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domingo, 9 de enero de 2011

Sobre Palabras de Imaginante- Jorge Requena




Dice José Pablo Feinmann
El que tiene talento literario siente que debe tenerlo para algo, que la literatura no se agota en si misma sino que el don que ha recibido el escritor debe trascender al escritor mismo porque este advierte que forma parte de una época, que está inmerso en una historicidad que lo condiciona profundamente y que cualquier cosa que haga o que no haga va a estar sobredeterminada por la historia, el entorno la situación existencial en la que cada uno está y a la que nadie escapa.
Dice Juan Gelman:

El problema de la poesía y el arte en general es que está vinculado con fenómenos sociológicos más complejos. La poesía no es una isla de la realidad. Peor que el poeta que vende poco es la situación de la gente que no puede leer, no sólo por el precio del libro, sino por la situación de pobreza, que me parece más grave que lo otro. La poesía siempre estuvo arrinconada en los catálogos de las editoriales; pero la necesidad de escribir poesía siempre va a existir.



Agrego:

Por otra parte está la palabra vacía, el discurso inerte careciendo de mensaje alguno y lo peor: la mediocridad permanentemente batallando y sus mediocres mercenarios intentando ganar terrenos sin treguas, los medios, la TV, el periodismo tendencioso y de intereses creados, la vanalidad ocupando el espacio del acceso, las posibilidades de la idea y de la creatividad.
Por eso hoy está aquí la poesía, por eso está aquí el escritor, sentando mojones de avanzada para impedir la invasión de la nada,

si han logrado que la gente no lea, está la poesía para generar expectativas
si siguen pretendiendo que la estupidez se instale, aquí está el escritor para seguir disparando ideas
si siguen manipulando la realidad para trastocarla,
aquí está la literatura, de pie, erguida en versos y capítulos,
en tanto los libros circulen habrá más espacios ganados
hoy nuestra consigna es que los libros circulen, que se ajen, que no duerman.

las escuelas tomadas son una señal, no todo está entregado,
no todo se ha perdido
los jóvenes de la Reforma del 18 no podían estar equivocados y la reacción conservadora los acusaba de delincuentes facciosos
desde aquí los muchachos del 18 sacudieron al mundo
entre esos muchachos hubo importantes escritores
entre aquellos muchachos hubo destacados lectores. ¡Cuántas potencialidades anidarán nuestros actuales tomadores de escuelas!



aquí está la literatura, de pie,
aquí está el escritor firme con su poesía
batallaremos con nuestros libros, debemos ganar terreno a la mediocridad, debemos derrotar a la palabra vacía.

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A veces decir “nuestro” es darle una opción de afecto a la posesión

Hace unos días, por el antojo de alguien, se le ocurrió ponerle el nombre de Mario Alberto Kempes al estadio que con mucha originalidad anteriormente habían denominado “Córdoba”, y muchos se sintieron satisfechos, porque sencillamente Kempes es nuestro. A mí me simpatiza esto de poner nombres nuestros.

Yo particularmente prefiero sin dudas a que una escuela se llame Arturo Capdevila o Deodoro Roca pero jamás se me ocurriría llamar John Kennedy a un establecimiento, más si tenemos en cuenta sus intenciones para con América Latina, los nuestros sin lugar a dudas son muchísimo más importantes.

Y el nuestro cobra una dimensión superior, un “honoris causa” imposible de destituir.

Amigos: con gran satisfacción digo, este escritor, este poeta Omar Hefling ES Nuestro y a ese título definitivamente lo avalan sus letras. Hace menos de un año, en noviembre del año pasado estábamos presentando esa otra magnífica obra suya que es “El escritor oculto”.



Amigos:
Somos palabras
nada de lo que somos seríamos sin palabras
Paradójicamente
somos amos de las palabras
pero al mismo tiempo somos esclavos de las palabras
a ellas manejamos
pero dependemos en absoluto de las palabras
y eso,
mis amigos, lo sabe con precisión nuestro Omar Hefling

Estamos estructurados de palabras
todo lo humanamente calificable
es atendible a las palabras
con las palabras se escuda desde el odio a la alegría
desde la tristeza al cariño
y eso,
mis amigos, lo conoce con certeza nuestro Omar Hefling

Hace unos días
me llega un mensaje de un investigador
escritor, pero ajeno a la literatura
un excelente ensayista que como tal de algún modo se acerca a la literatura,
me decía:
”A ver usted que presume de poeta
dígame una cosa ¿qué hay por fuera de las palabras?”
por lógica me hizo pensar y podría haber apelado a un sinnúmero de especulaciones
Le respondí: “Vea Don Pablo”,
justamente el investigador se llama Pablo
(parecería que para ser escritor uno debe portar nombres como Pablo, Baldomero, Alfonsina, Macedonio
o sencillamente uno debiera llamarse Hefling)
”vea don Pablo”, le dije
“por fuera de las palabras está la imaginación”
en realidad qué son sino las palabras
la abstracción final de la imaginación
y eso bien lo sabe y lo demuestra nuestro querido Omar Hefling.

Tan solo la Memoria no está estructurada de palabras
el recuerdo de acontecimientos pasados está sustentado por imágenes
La imaginación misma es el resultado de asociar imágenes en el pensamiento
La imagen en la poesía es la potenciación de los sentidos
Y eso, para un buen imaginante como Omar Hefling es bien sabido.

En resumen “Palabras de imaginante” tiene eso que Omar bien sabe:
Las palabras con que el mundo se mueve, el de nosotros que amamos, soñamos, vivimos
Y la imaginación,
La imaginación que vuela inventando palabras y que a su vez también vuelan con el impulso de sus versos
Porque en definitiva, mis amigos, la palabra es un invento, un invento que nos vincula y nos conmueve


Y aquí entre nosotros, como si fuese el inventor de la Máquina del Tiempo, está el Imaginante obsequiándonos nuevos vuelos con sus palabras inventadas:

Brillitantes, sanamarte, empielamos, colibrontes,

La poesía bellante del Universo

destellando de sonoridades y ritmo, sorprendiéndonos otra vez con su poesía.



La poesía de Omar Hefling
que es nuestra poesía
así como que Omar Hefling ES NUESTRO.