estaba fresco el verano

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jueves, 3 de julio de 2008

El libro de las peligrosas insignificancias

Esta selección fue hecha por Tonio Blanco para su sitio Para leer por mail.
Poemas de "El libro de las peligrosas insignificancias" de Omar Hefling editado por Narvaja editor 2001

1.
No confíes en mí
confía en quienes
pondrán tu cabeza
y tu cuello desnudo
en el sitio
donde caerá la guillotina
al pie de la mirada del verdugo

No confíes en mí
Soy poeta.

2.
El hombre ha evolucionado
por eso más que nunca
persigue y mata a sus artistas.

3.
Mi poesía ha perdido eficacia encanto
y se encuentra en plena decadencia
ya no la ocultas entre tus cosas
la olvidas sobre la mesa.

10.
No seamos pesimistas.
Si todos los sistemas
piensan en eliminarte
en exterminar el arte
y tu arte
algo de razón debe haber
después de todo
si las mayorías concienten
triunfa la democracia.

23.
Matar a través de hambre es legal.
Democrático.

Administrar la distribución
de la miseria
también.

Sin oportunidades
morirte de hambre
no es un crímen.

Morirte por el veneno que has elegido
para no morirte de hambre
y morirte por la tuya
antes que te mueran otros
es delito.

Para la justicia es más grave
aquello que para morirte hayas elegido
que el hecho de que te mueran de hambre
miserablemente
como un perro.

11.
¿ Qué sentido tiene
la brutal belleza
de un poema
o los encantos
de las misteriosas palabras
si tu vida
es la poesía del espanto?


Estos textos apócrifos los escribí y se los atribuí a algunos amigos, a algunos personajes conocidos y a otros inventados y fueron leídos en la presentación, la selección también le pertenece a Tonio Blanco.
Una selección de los elogiosos comentarios recogidos sobre el nuevo libro de Omar Hefling: "EL LIBRO DE LAS PELIGROSAS INSIGNIFICANCIAS":

CARLOS BUSQUET, ESCRITOR CHAQUEÑO RADICADO EN CÓRDOBA: Es difícil hacerle una crítica al libro de un amigo, por esa amistad, en principio debo ser prudente tanto en la crítica como en el elogio: Este libro huele a un pote de bosta luego de una ingesta de empanadas rellenas con menudos de ratas. Este compendio de versos amanerados, un manual masturbatorio para viejitas católicas, sólo pudo ser escrito después de 18 cajas de vino tinto"Nativo". Ni en este delicioso estado el poeta supera las elucubraciones de un energúmeno, ni las metáforas remanidas de los bardos setentistas. Estosa diferencia de Hefling, solían al menos versificar sobre el uso adecuado de las herramientas por parte del proletariado. Hefling jamás podría poetisar sobre estos elementos, porque los desconoce. Y ya se sabe, los holgazanes deben dedicarse a la política, nunca a la poesía. De todos modos, Omar, éxitos con este libro. La gente es tan estúpida, que no descuento que hasta llegues a vender 16 ejemplares.

PETER SHUACHENNEGUER, NEW YORK TIMES: Este autor sudamericano debió haber ocupado el lugar de una de las tantas inocentes víctimas del atentado del11 de setiembre. Así Ben Laden, sin saberlo le habría hecho un gran favor a la literatura.

SANTIAGO GIORDANO, MÚSICO, CRÍTICO ESPECIALIZADO EN MÚSICA- LA VOZ DELINTERIOR: Estoy verdaderamente preocupado por el devenir de la cultura cordobesa. En dos ocasiones, en muy corto tiempo, me he enfrentado a las tropelías de este vándalo de la literatura. Primero como autor de la letra de una zamba en el último disco de Ica Novo. Y ahora como autor de un libro de poemas que curiosamente, tal vez para que le crean, afirma con la palabra libro, el título del mismo. En la letra, como bien lo señalara en la crítica del CD, adopta como recurso creativo, a la guía telefónica. En el libro, en cambio, va más allá, con maestría se empeña en eludir hasta la más mínima huella de la poesía. En este sentido el resultado es óptimo:porque esto de poesía tiene tanto como de honestidad tiene el ex presidenteCarlos Menem. Tanto por la letra como por el libro, me atrevo a decir que Hefling es ya un consumado escapista del género.

PASTOR MONTOYA, FILOSOFO, COLUMNISTA DEL PROGRAMA LA TRASTIENDA - 94.3 UTN:Este libro es una tragedia más de occidente. En la historia, sólo los períodos de decadencia son cautivadores. Todo se eleva hasta lo trágico,todo acontecimiento adquiere de golpe una nueva dimensión. Este libro es una demostración de que todo esto va a terminar en una catástrofe. En elTribunal de cuentas, porque yo trabajé ahí, unos delincuentes protegen a otros. Mi madre, me decía, Sissi no fue más que una diosa para desolados.Mi abuelo era un caudillo radical, y terminó asesinado. La decadencia, el fanatismo, el final del politeísmo, la mística, la religión. La infeliz Andrómeda fue entregada a las Nereidas, no a la fábrica de Sardinas, que la ataron sobre una roca sobre el mar. Si la brisa no hubiera agitado sus cabellos, ni las lágrimas hubieran afluido a sus ojos, hubiera parecido una estatua de mármol. Qué quiero decir con esto, que a Andrómeda, Perseo la salvó del monstruo, pero a los inocentes lectores, no siempre habrá un Perseo para salvarlos de un hijo de puta como el que escribió este libro. Esta clase de hijos de puta, igual que los menem, los angeloz merecería la pena última, igual que la gorda Carrió. No sé....me fuí del tema.

PACO GALVEZ MARQUEZ, ORFEBRE CHILENO: Mira, la palabra -escribir- tú crees que significa literalmente- escribir? Ojo, pestaña y ceja: tu cuando escribes estás comprometiendo todos tus centros. Gurdieb dice: escribe quién escribe? El escriba es conciente del acto o escribe? Mira, escribir,tú sabes cómo es escribir? Este güevón escribe, mira compadre, como el orto.

JORGE VILLEGAS, DIRECTOR DE TEATRO: De la poesía de Omar Hefling, no puedo hablar, porque de existir, cosa que dudo, la desconozco. Dicen que es un poeta costumbrista, pero a mi me no me consta. Lo único que leí fue una obra de teatro, que entregó en mis manos. Recuerdo, era de madrugada,estaba completamente borracho, discutiendo acaloradamente con un par de basureros, que al parecer no habían querido recogerlo. Luego de leer la obra descubrí que era un grosero plagio de "15 caras bonitas 15" del ilustre dramaturgo mediterraneo, Miguel Iriarte.

DAVID BUCCINI- DIRECTOR DE LA REVISTA INFORME CÓRDOBA: Como periodista independiente que se aferra a la veracidad informativa, más allá de toda presión política y debilidad en función del culto a la amistad que existe en este país, no debo y tampoco me lo permito, callar la información que tengo en mis manos sobre el último libro de Omar Hefling. Con Hefling, nos unen hoy, varios proyectos, inclusive un libro que editaremos en los próximos días. Más eso no me impide dar a conocer esta denuncia. A principios del mes de setiembre, cuando en los corrillos literarios comenzó a circular el título del nuevo libro que publicaría Omar Hefling, se presentó en la redacción, Arnoldo Garcette, un humilde colocador de azulejos y cerámicos de Río Ceballos. Garcette, aficionado a las letras había concurrido a un taller literario que el autor del libro que se presenta por estos días, dictaba en esa localidad serrana. El ingenuo ceramista- literato le entregó a Hefling, un libro de su autoría para que se lo corrigiera. Según denuncia Garcette, Hefling jamás le devolvió el manuscrito. El libro de poemas que ahora da a conocer Hefling, curiosamente lleva el mismo título del azulejista: "El libro de las peligrosas insignificancias". Luego de leer el libro y compararlos con los poemas que Garcette había escrito sobre azulejos blancos mientras trabajaba, y que guarda en una caja como única prueba, puedo asegurar que no quedan dudas sobre la usurpación. La impunidad del poder poético, se ha cobrado una nueva víctima.

ANA MARIA ALFARO- DEL PROGRAMA TELEVISIVO "ANA MARÍA Y LA GENTE" Canal 10 de Córdoba: Gracias, Jorge Luis Hefling por tu gesto de regalarme tu libro de poesía. Silvia Shuller me había hablado muy bien de tu obra, en la temporada pasada en Carlos Paz, y ahora después de leer tus poemas, anoche, en las Tinajas, le tengo que dar la razón. Muchas gracias, Jorge Luis....de verdad.

Más mejor sería

A este poema lo escribí en broma y todos lo toman en serio. Y lo usamos con Toto López en un espectáculo que hicimos allá por el 96, es decir en el siglo pasado.


Más mejor sería que vos no te fueras
cuando te fuiste vos
en ese lapso de tiempo
me endesgraciaste
nomásmente

Muy mucho tristeé esa noche
antes ninguna más peor
que esa noche
no creo que haiga

Me atropelló esa noche
un ojo negro me dejó esa noche
del anchor del mar
es la herida
que me abrió esa noche

Entré adentro y salí afuera
de mi corazón
cientos de muchas veces
que más era un guiñapo
que un corazón
propiamente dicho

Esa noche
cuando te fuiste vos
la tristeza subía arriba
y bajaba abajo de la mesa
una y otra vez
más que la tristeza
parecía un mono

y con lo que comen
ya se sabe lo caro
que cuesta
alimentar a un mono

Desde esa noche que te fuiste vos
me escuendo de los ojos tuyos
odeo a las estrellas
desde esa noche
no cabo en el mundo.

Desde los esteros misioneros a Washington, la lucha por los derechos de un cortador de ladrillos

Trabajo premiado con el 3er premio del concurso de periodismo Rodolfo Walsh 2008- Cispren

Por Cecilia Carrizo y Omar Hefling

Al pie del cerro Uritorco no hay vestigios de la visita de civilizaciones desconocidas, ni de seres extraterrestres. El Camping Municipal de Capilla del Monte ha sido ocupado por unas cuatrocientas personas, por simples ciudadanos-expedientes que acuden al paraíso de las fuerzas extrañas en defensa propia, convocados al sexto encuentro nacional de la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC). El testimonio de Brígido “Coco” Olivera, un asambleista de damnificados por la represa Yaciretá, desnuda la indefensión ciudadana ante el avance de las decisiones arbitrarias de los gobiernos. Desenmascara una trama de complicidades entre el poder político y el poder judicial en perjuicio de los intereses comunes, que llevó a un cortador de ladrillos misionero y a sus compañeros a hacer oír su clamor de justicia a una oficina en Washington donde funciona la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)

El gobierno argentino proyecta un crecimiento de entre el 41 al 65 por ciento en la demanda de energía eléctrica total en el país para el período 2002-2012. La mayor producción de Yaciretá, tras el aumento de la cota de 76 a 81 metros, cubriría el 28 por ciento de esa nueva demanda de electricidad en los próximos años. En 1994, la cota fue eleva a los 76 metros, en mayo de 2006 a 78 y para junio próximo se prevé llevarla a los 79 metros. Los 78 metros actuales ya han tenido sus efectos, unas 80.000 personas perjudicadas por las inundaciones.
Según los especialistas, en el caso del Proyecto Yaciretá, donde prácticamente el 95 por ciento de las obras físicas han sido concluidas, un análisis económico que considere todas las variables y preste particular atención a los costos sociales y ambientales revalorizados por la legislación ahora vigente, constituye una herramienta clave para tomar una decisión sobre la rentabilidad económica de la finalización del proyecto.
Los aspectos de desarraigo, pérdida de la identidad cultural, pérdida de lazos familiares, pérdida del centro histórico de la ciudad de Encarnación, efectos directos en la ciudad Carmen del Paraná y en otras urbanizaciones y barrios afectados por el embalse, pérdida de la calidad de agua debido a efectos indirectos del proyecto, pérdida de biodiversidad, perdida de recursos genéticos y otros efectos más difíciles aún de cuantificar, no han sido valorados en su justa medida para determinar si el proyecto presenta condiciones favorables para la economía de ambos países.
La preocupación de los organismos internacionales, que busca preservar los intereses de los futuros propietarios de Yaciretá, no constituye un problema para los gerenciadores de los recursos públicos argentinos, el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación no está dispuesta a sentar precedentes respecto al reconocimiento y defensa de esos bienes públicos y de los derechos humanos jurídicamente protegidos por la legislación internacional y nacional.
Un fallo reciente de la Corte respecto a la demanda por las indemnizaciones de los damnificados contra el Ente Binacional Yaciretá, apunta a maximizar la inversión, desconociendo el justo reconocimiento y el correspondiente resarcimiento a los afectados por los costos sociales y ambientales de la realización del proyecto.
La demanda exige una compensación de 17,5 millones de pesos, demanda que fue juzgada especulativa por cuatro miembros de La Suprema Corte, Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda, Carmen Argibay y Ricardo Lorenzetti, homologándola a la demanda de los damnificados por el corralito. La independencia de la Corte Suprema es puesta otra vez en cuestión, en este caso, por la acción reivindicativa de una ciudadanía “excluida” que transita, aprende, ejerce los mecanismos institucionales existentes para defender su forma de vida. Sin embargo tal decisión no es la última palabra, el legítimo reconocimiento de derechos y su indemnización es llevada por los afectados ante tribunales internacionales que puedan superar las responsabilidades o complicidades de los órganos judiciales nacionales con las decisiones del ejecutivo.

Defensa de una forma de vida
Por el encuentro de la Unión de Asamblea Ciudadanas en Capilla del Monte en la primera semana de abril del 2008, deambulan ciudadanos–expedientes. Cada uno porta documentos, denuncias, informes de las secuelas del progreso, de las medidas irracionales de los gobiernos, de las políticas de saqueo y corrupción. Víctimas de los nuevos asentamientos mineros, de la sojalización y hasta un representante de la Asamblea de Damnificados de Yaciretá. Brígido “Coco” Olivera, uno de los 80.000 desaparecidos económicos como se autodefine, producto de la inundación de miles de hectáreas e islas misioneras que produjo la represa. Además de la discusión horizontal, los ciudadanos- expedientes buscan ampliar la conciencia sobre el peligro, alertar a la opinión pública, tarea del periodismo, pero los periodistas brillan por su ausencia.
Olivera es un hombre pobre, ladrillero de oficio y luchador por convicción. Sesenta años largos de vida, veinte hijos y más de quince en una lucha que lo ha obligado a recorrer un camino impensado, un verdadero laberinto kafkiano. Hoy, por un fallo adverso de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que le denegó el derecho a percibir la indemnización que él define como justa, agotando todas las instancias nacionales, se obliga a demandar ante tribunales internacionales. El reclamo a Olivera lo llevó desde un cortadero de ladrillos, a ser sujeto de una resolución que deberá llegar desde Washington, de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Olivera, rememorando a los que iniciaron este movimiento social de reclamo de derechos, describe con palabras precisas el universo de los oficios perdidos: “estaban los pescadores comerciales, los pescadores de subsistencia, estaban los cortadores de juncos para hacer quinchos, estaban las lavanderas, las mujeres que lavaban ropa en el río, en las bateas de piedra y bueno, eso más o menos nuclea el corto grupo que encaró la demanda, pero seguramente entre los 80 mil desaparecidos hay otras actividades que no salieron a la luz como ser el que acarrea el aserrín, la leña…”. La identidad de los que sostienen esta lucha está signada por su trabajo, por la relación de hombres y mujeres con la naturaleza.
El discurso de Olivera apela a un uso de la palabra “desaparecido” muy peculiar. El desaparecido no como una víctima del terrorismo de estado, sino de la gestión del “Monumento a la Corrupción”: “La gente que vivía a cuatro cuadras de la plaza principal de la capital de la provincia y fueron llevados a más de 20 kilómetros de distancia, llevados a la fuerza, no cumpliendo la (Comisión) Binacional con los convenios que dieron origen a su construcción en la década del 70. Bueno de ahí surgen los 80.000 desaparecidos económicos que hemos perdido nuestras fuentes laborales, nuestra identidad, la vista panorámica, la historia misma, la idiosincrasia…”.
“Coco” Olivera luce una camisa con remiendos, zapatos muy gastados y un bolsito donde guarda fotocopias de todas los documentos/pruebas, hitos de su lucha, en la cual los damnificados han construido su sentido de justicia en disputa con la administración de Justicia. El ciudadano-expediente lleva consigo todos los documentos de la Asamblea Binacional de Afectados por Yaciretá: “Nosotros empezamos a organizarnos recién después que nos dimos cuenta que el espejito ese que nos vendían de energía gratis, de posibilidades de estudio, de crecimiento, (…) Bueno, entonces al ver que las cosas no eran así, que la riqueza se esfumaba porque el agua venía inundando y no se podía trabajar y nos iban sacando un poco a la fuerza, los Mbya (comunidad guaraní) son los primeros que se asustaron y corren, los guaraníes se fueron. Ellos, como pueblos originarios dueños de la tierra, tenían una forma de vida, eran nómades y recolectores, vivían de la pesca, de la miel silvestre, de los animales silvestres y sabían el cuidado que la naturaleza le exige al medio ambiente, por tanto, vivían tres años acá, se cambian mas allá y así rotaban y permitían que la biodiversidad se mantuviera, bueno… al ser llevada el agua a otros niveles, ellos se van y empieza la gran agonía y empezamos a darnos cuenta que la región, que la respuesta que la Binacional tenia que dar de acuerdo a los tratados no son tales, no cumplen en nada”.
El tratado que dio origen a Yaciretá fue firmado en 1973 por los presidentes Juan Domingo Perón y Alfredo Stroessner. En 1983, se comenzó a construir este paredón de casi 70 kilómetros cuyo presupuesto original fue de 1.500 millones de dólares y lleva gastados hoy casi 13.000 millones. Investigaciones oficiales afirman que se desconoce el destino de por lo menos 1.870 millones de dólares. Para cuando comenzó a funcionar, en 1994, ya había barrido de la isla homónima a 60 familias de la comunidad Mbya guaraní. Curiosamente, esta comunidad se ha reasentado donde serán nuevamente desplazados cuando la cota 78 se termine de subir al valor 81 y el embalse cubra 60.000 hectáreas más: “Hubo un censo con una ley de no innovar en el año 79 -80 y de acuerdo a ese censo, hoy 2008 siguen entregando casuchas, nosotros le llamamos ghetos. A papá y mamá que en aquel entonces tenían una beba de dos años pero tenían un hijo de 14 años, ese hijo de 14 años es abuelo hace rato y la beba de dos años una madre de unos cuantos hijos y todavía están en el lugar de origen, el que el agua no les sacó pero la opción es ir o ir a donde le quieren llevar, a una casa que tiene una cocinita, dos dormitorios y una salita para todo el núcleo familiar, no contemplan la familia derivada que de por sí el hombre en la costa del río tiene, bueno el papá le da un lugarcito, acá hacía su rancho, ahí tenia la sombra, el mango, las frutas, todo, la riqueza, el río, el trabajo, la plaza para ir a vender diarios o lustrar calzados, todo perdieron cuando fueron llevados a más de 20 kilómetros. Los servicios de transporte solo una o dos veces por día, sin escuela, sin trabajo, la energía eléctrica que le llega muy de a poco porque en la distancia un día de viento, de tormenta, se caen las líneas, pero no solamente eso sino que vemos que el resto del país se beneficia con la energía que sale de ahí, de ahí sale casi un 25 por ciento de la energía que consume Argentina. Entonces viven mejor, entonces millones se enriquecen y nosotros, un puñado, somos 80.000, pero en relación al resto del país somos un puñadito que creímos que iba a ser eso, mejorar el paraíso y no fue así, y pagamos todavía la luz más cara del país y en cuotas mensuales y no bimensuales como pagan en Buenos Aires.”

Estrategias de desaliento al reclamo
Un Informe del Panel de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dado a conocer en mayo de 2004, confirma los problemas crónicos y serios con respecto al Proyecto Hidro-eléctrico Yacyretá financiado en gran parte por esta entidad financiera y el Banco Mundial. El informe refiere al préstamo de 130 millones de dólares a la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), destinados a programas para mitigar los impactos sociales y ambientales del proyecto. El Panel del BID descubrió, diez años después, que se habían gastado solamente 40 millones a pesar de que los problemas sociales y ambientales empeoraron. 90 millones de dólares se perdieron en los bolsillos de los funcionarios.
Entre los problemas más serios que el Panel atribuyó directamente al proyecto Yacyretá, se encuentran la inundación de casas a lo largo del río; arroyos y manantiales contaminados; una incidencia elevada de problemas de salud, incluyendo diarreas, parásitos y problemas de piel; un reasentamiento de viviendas inadecuado y prostitución infantil.
La dificultad para evaluar el daño ambiental y el costo final del proyecto señalan, tiene que ver con la insuficiente y desprolija forma de determinar la cantidad de afectados. El primer cálculo realizado en el censo 79- 80 estimó que el número de familias perjudicadas era de 8.170, diez años después, 1989-1990, las familias a ser relocalizadas eran 9.446, mientras que en el censo realizado en el 2000, se estimaron que deberían ser relocalizadas 11.497 familias, alrededor de 5.300 en Argentina y 6.100 en Paraguay. Esta situación es uno de los factores que, según las propias evaluaciones de los organismos, no ha logrado manejarse para asegurar un impacto social positivo en las comunidades locales, impactan la realización del proyecto. A las variaciones en el número de afectados se suman las variaciones en los montos de las indemnizaciones. De los fulminantes traslados en camiones a las sofisticadas estrategias de las ONG, las prácticas de la Binacional y sus financiadores van cambiando para resistir la toma de la palabra de los afectados asesorados por abogados comprometidos con su lucha. Coco reseña el miserable mecanismo utilizado para socavar el impacto del reclamo: “Los incumplimientos nos lleva a hacer los reclamos administrativos que corresponden. Entonces les ganamos en primera instancia, un grupo que creyó en un abogado, que nos dijo hagan el reclamo judicial, hagan en forma jurídica porque sino no van a conseguir nada con esto. ¿Los demás qué consiguieron?, los que aceptaron las propuestas de la Binacional, ¿que es lo que dan hasta hoy? una bolsa de mercadería que tiene ocho artículos y eso entregan a través de organizaciones sociales, a través de ONG, por eso la idea de la ONG (de que se organicen como ONG) tampoco pega. Son vulnerables (las ONG), llegan allí y la necesidad juega y bueno retiran a mi nombre y a nombre de mi familia, cinco bolsas tendría que retirar yo y yo no quiero hablar demasiado largo…póngale desde mayo del año pasado no me entregan pero siguen retirando a mi nombre y cobran 10 pesos para retirar al que les pague y eso vende… Bueno, así se manejó la Entidad, ¿qué es lo que hizo?, fue un Panel del Banco Mundial y les aconsejó en el año 2000 que hicieran por lo menos 100 ONG más para dividir más a la gente de lo que estaba dividida, bueno para cada ONG necesitan 50 personas, bueno para 100, 5000 personas…entonces ¿qué pasa?, desparraman el reclamo, desparrama la unión, los días de protesta, los días de asambleas reparten mercadería, entonces son muy pocos los que están, los que van, cosas así pero hay muchísimas organizaciones sociales que aglutinan a esas personas, a esa gente, entonces protestas, protestas porque sabemos que nuestra justicia es muy lenta”.

Desafíos al sentido de justicia del reclamo
La narración de Olivera visibiliza los avatares con los que se han enfrentado. Con indignación recuerda las palabras y los gestos de las autoridades del Ente Binacional de Yaciretá (EBY): “hágannos demandas, vayan a la Justicia porque nos gustaría perder con ustedes porque nos resultan simpáticos- uno de esos dichos sale de la boca de un tal Pedreira”, remedando el trato humillante que recibieron.
Otra provocación tuvo como protagonista a Rafael Martínez Raymonda, designado en 1999 como Director Ejecutivo del Ente Binacional Yaciretá, durante el gobierno de Fernando De la Rúa. Coco Olivera recuerda que ya con la demanda iniciada “el viejo de más de 60 años en una asamblea muy grande, el viejo hizo como que tenía un balde de mezcla en cada mano y caminaba de allí para acá “yo me animo hacer...”, muchos nos animaríamos a hacer pero si no hay, si no hay lo que hacer… él decía con un balde de mezcla, el abogado famoso, director ejecutivo del ente decía que él se animaba a hacer eso, ¡¿que es lo que ustedes reclaman?!, nos quería decir, ustedes son mas jóvenes, ustedes pueden encarar de otra manera la vida, no venir a joderle a la Binacional, más o menos eso fue lo que nos dijo…”
A pesar de los intereses y presiones de la Binacional y luego de reiteradas protestas, la justicia misionera resuelve en primera instancia a favor de los reclamos de los damnificados. No obstante los asambleístas consideran insuficiente los alcances del fallo y recurren a una segunda instancia. “Volvemos a ganar en segunda instancia, la sentencia aumenta el monto por persona y el número de personas pero no cierra el círculo de los que demandábamos que éramos 1.171, entonces salen beneficiadas 257 personas con un monto mayor donde a mí me correspondería en ese momento 60 y algo de mil pesos más el 6 por ciento de interés anual desde el 94 al 2006, ¿porque no era lo que yo quería?, porque yo quiero hasta el último centavo en dólar, ¿y porqué?, porque se hicieron los peritajes que dice la Ley 21.499 que es la Ley Nacional de expropiación, dice que se deben determinar los montos a través de peritajes. Bueno los peritajes de parte a mi me dan mucho más, después la justicia hace un peritaje consensuado de tres partes donde viene el perito de la Entidad, el perito nuestro, la Justicia pone uno de parte y consensúan, pero resulta que nosotros no estamos de acuerdo, pero la Justicia se encarga de aclarar que el que primero recurre la sentencia es la Entidad, entonces recurrimos a la Corte Suprema de Justicia en recurso extraordinario”.
Pero los dos fallos dictaminados por la Justicia misionera a favor de los damnificados serían rechazados por el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación el 12 de junio de 2007. No se puede decir que la Corte Suprema falló de modo irregular, los grandes olvidos tienen salidas lícitas, legales y elegantes. La Corte se apoyó en una jurisprudencia cuestionada en cuanto a la prescripción del período de demanda por expropiaciones, avaló la falta de “legitimidad activa” de lavanderas, oleros, recolectores de juncos, pescadores y consideró un absurdo que los pueblos originarios reclamen una indemnización por causa de que el Estado los haya privado de “bienes de dominio público”.
El fallo provoca descreimiento, Olivera afirma: “yo encaré la demanda tan esperanzado en nuestra Justicia, tan creído en el derecho, tan seguro en el derecho por haber ganado primera y segunda instancia, tener embargado la torre del edificio de Puerto Madero (lugar de funcionamiento del ente Binacional), la torre de Yaciretá por un monto de 17,5 millones de pesos, la Justicia misionera embargó, entonces vinimos a Buenos Aires a forzar esa sentencia a la Corte, era poca plata pero era plata, la lucha sigue, la lucha continua, si somos 80.000 y estábamos 1.171 y 257 nomás eran beneficiados, entonces decidimos en una asamblea abierta de venir aunque fuera a pie (,,,) estuvimos desde el día 28 de febrero al día 12 de junio en los galpones de Lacroze, en la terminal de la línea Urquiza y desde ahí hacíamos manifestaciones frente a la Corte Suprema”.

Los damnificados ante la Corte Suprema
La vinculación con la UAC en Plaza de Mayo en el 2006, las reuniones con el doctor Eugenio Zafaroni, un de los dos miembros de la Corte que votó en disidencia (el otro fue Carlos Fayt) y su secretario y el apoyo anónimo de mucha gente posibilitó la presencia de varios integrantes de la Asamblea en Buenos Aires. Olivera se encadenó edificio del máximo tribunal, sin embargo los jueces que firmaron la sentencia de la Suprema Corte vieron en esos excluidos los colmillos filosos de los especuladores financieros.
Olivera no encuentra razonabilidad a la acción de una corte supuestamente garantista que define como política de estado la plena vigencia de los derechos humanos. “No citan un antecedente, una jurisprudencia de porque rechazaban nuestro pedido que era el recurso natural, que era la fuente de trabajo, que eran los derechos humanos violados, la dignidad misma, la vida y argumentan que si por casos similares con el corralito de gente que reclamaba el 21 por ciento de intereses sobre su dinero depositado y el banco le reconoció 15, por ese seis hicieron demanda hicieron como si nosotros fuéramos especuladores en dólares, no por la fuente laboral y diciendo que el Estado no es garante para el recurso natural, para el beneficio del ciudadano, del pueblo, con eso es una sentencia confiscatoria de todos nuestros ríos y recursos marítimos. (…) La Corte sentencia con el argumento de que el Estado no es garante de los recursos naturales como fuentes laborales y sostiene que nosotros somos especuladores, haciendo ver que nosotros ya habíamos recibido nuestra parte y que ahora reclamábamos una diferencia de intereses”.
Con claridad Olivera resuelve la ecuación que en un país en pleno crecimiento no termina de cerrar, la ecuación que explica muy bien porqué razones el número de pobres no disminuye. “¿Qué le está quedando a mis hijos?, ¿qué le es está quedando a mis nietos?, seguro que no van a llegar a la facultad sino consigo justicia, y eso es peor, porque la droga, el alcoholismo, la prostitución en un lugar donde no hay esperanza, donde no hay futuro. Donde la justicia, el sistema, porque para mi el sistema nos denegó justicia, porque para mi es el sistema… porque un viejo loco que creyó en la justicia, hizo cosas indecibles por demostrar que tiene razón pero resulta que la máxima justicia argentina dijo que no, entonces ni mis hijos me creen, mis nietos deben pensar que soy un viejo abandonado…pero esa es la realidad, mi realidad”.

Cómo llegar a la Corte Interamericana
El fallo adverso de la Corte Suprema de Justicia de la Nación empuja a los asambleístas a recurrir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos con el único respaldo de una organización sueca que les posibilita el armado de esa compleja presentación: “Con la sentencia en contra de la Corte Suprema, no queda más que recurrir a la Corte Interamericana, porque nosotros buscamos un arreglo global, yo no me conformo con que arregle yo y el resto se quede o tenga que empezar el otro grupo una nueva demanda 7 o 10 años de nuevo, no. Fuimos armando todo esto como una maquinaria jurídica, a la asamblea de Gualeguaychú le dijimos que no dejaran la protesta callejera, que no dejaran la demanda jurídica, poco caso nos hicieron… nos han apoyado muy poco y si soy sincero, nada.¿Cual es la situación nuestra hoy?, la Corte Interamericana de Derechos Humanos nos dio seis meses desde el día de la sentencia en contra para hacer la presentación, eso fue el 12 de junio. Sin recursos recurrimos al CELS cuyo presidente es (Horacio) Vertbisky, y nos dijeron que era un caso complejo y no se animaron a agarrarla. Nosotros desde la indefensión y sin plata, desfinanciados y así fuésemos solos lo íbamos a hacer lo mismo, pero no es lo mismo ir nosotros solitos que tener respaldo de una institución reconocida, conseguimos el CEJIL (Centro por la Justicia y el Derecho Internacional) que es una fundación sueca sin fines de lucro y conseguimos oficinas y máquinas para escribir y todas esas cosas, y así mismo terminamos la presentación a las 22.30 del 12 de diciembre sobre la hora, nos apoyan pero no monetariamente” explica .
La presentación de la Asamblea de Damnificados por Yaciretá demanda al Estado argentino por haber “incurrido en responsabilidad internacional debido a que arbitrariamente impidió, obstruyó, restringió el pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en los instrumentos que garantizan los derechos humanos”. Los hechos denunciados por los asambleistas se traducen en “la violación al derecho a la propiedad, al derecho a la igualdad, a la protección judicial de las víctimas, la vida digna y a la integridad personal y a las medidas especiales de protección de la niñez”.
Mientras Olivera y los demás asambleistas esperan la resolución de Washington, en una carrera desigual contra el tiempo y los poderes establecidos apuestan sus escasas fuerzas tras el objetivo de impedir que el ente Binacional ordene en junio la elevación de un metro más en la cota del embalse: “¿Qué es lo que nos mueve ahora?, Yaciretá tiene la intención de levantar un metro el nivel del agua en junio, entonces nosotros estamos buscando apoyo de todas formas y dentro de este apoyo el Gobierno de la provincia (Misiones) busca frenarnos, hemos tenido que hacer todo el esfuerzo de hacer una organización en enero y se consiguió en forma record personería jurídica y todo. El objetivo de la organización indígena es el recupero de los recursos naturales del Paraná, el río Iguazú y el río Uruguay. El Estado misionero nos está reconociendo el objetivo de la organización, a través de ella, en primera asamblea se declara estado de emergencia sanitaria por la fiebre amarilla, el dengue…Entonces estamos buscando la forma que Yaciretá no levante la cota sin arreglo de la cuestión, ese es el apoyo que estamos buscando con las Asambleas de todo el país, un pronunciamiento conjunto por el no levantamiento de la cota”, pronunciamiento que finalmente Olivera consiguió en la UAC conjuntamente con un objetivo más ambicioso aún, el de hacer caer la legislación minera de la década menemista. En principio un trabajo conjunto entre los asambleistas perjudicados por Yaciretá y los asambleistas que se defienden de los atropellos y destrucción de las mineras transnacionales no parecen tener ningún punto de contacto, pero si lo tienen si se atiende a las denuncias de las más importantes organizaciones ambientalistas que señalan con más que considerables fundamentos, que el excedente de energía que se pretende extraer de Yaciretá sin medir costo social y ambiental alguno no será para sacar al país de la crisis energética actual sino directamente estará destinado a satisfacer la altísima demanda energética que requieren los más de 200 proyectos mineros.
Coco Olivera no tiene un peso en el bolsillo para regresar a Misiones, lo que tenía se lo gastó en el pasaje a Córdoba, pero ese es otro problema que poco le preocupa. Lo que si le preocupa es no perder su sentido de ciudadanía que lo empujó a reclamar en todos los estrados de la Justicia, hasta entrevistarse con el Cardenal Jorge Bergoglio, cruzar en la calle al juez Zafaroni y pedirle un minuto de su atención y el mismísimo comisionado de la CIDH en Paraguay. Podría estar derruido por la adversidad pero no, Olivera abriga una ilusión porque no deja de creer en aquello que fue escrito para ser respetado: “El Artículo 10 de las Naciones Unidas dice que el pueblo que fue sacado de su lugar, si no fue exitosa la indemnización debe volver a su lugar de origen, le estamos pidiendo al indígena, al criollo que vuelva” dice sin resignarse.