estaba fresco el verano

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jueves, 7 de febrero de 2008

Con un blog no hace falta curriculum

Como se sabe la mayoría de los periodistas están sin trabajo. Y buscar trabajo es todo un tema. Enviar curriculum es desalentador. Con el blog se acabó el problema. Le enviás al medio la dirección de tu blog y que los tipos se las arreglen. Ahí verán cómo escribís, todos las canalladas que has hecho hasta ahora para vivir, es suficiente. Para vivir me ha tocado hacer de todo, como periodista. Escribir sobre política, sociedad, economía, cultura, ciencia y tecnología, policiales y hasta deporte. Una vez pasado por todo esto estás en condiciones de ser un editor o hasta un secretario de redacción. Es decir un tipo que sabe un poco de cada cosa pero nada específico. Porque nadie puede ser un editor, o hasta un secretario de redacción si no adquiere una serie de conocimientos inútiles como los nombres de los deportistas, los nombres de todos los funcionarios de todas las administraciones públicas, si no conoce los patéticos personajes de la farándula, sino maneja términos de la cultura como "diversidad". No es joda, si te toca seguir de cerca una edición te vas a dar cuenta que el sabe de literatura te hace tragar un sapo citando un autor de un libro que pertenece a otro. O un periodista de economía que le pifia a los números, o uno de policiales que escribe el nombre del jefe de policía cuando debió escribir el nombre del delincuente.
Por ahora no esperen demasiado de este blog, primero debo ocuparme de subir una serie de notas que por gusto o necesidad tuve que hacer, luego si, trataré de divertirme.

“La violencia en el fútbol es una mercancía que se vende al mejor postor”

REPORTAJE A PABLO ALABARCES 2006

El sociólogo y filósofo Pablo Alabarces sostiene que la violencia es considerada lícita por todos los actores del fútbol en la Argentina. Además, sostiene que la pregunta correcta no es porqué hay violencia, sino debería ser porqué "no habría de haberla" si todos sus protagonistas sacan algún beneficio.



Algún hincha desprevenido o periodista con falta de humildad podría decir al ver la figura de Pablo Alabarces que este académico universitario no sabe nada de fútbol. Cualquiera de los dos se podría llevar un buen susto escuchando a Alabarces desmenuzar las estructuras del planeta fútbol en la sociedad argentina. Este licenciado en letras, magister en sociología y doctor en filosofía que ha escrito una decena de libros imprescindibles sobre la cultura argentina “Revolución, mi amor. Rock Nacional 1965-1976” (1988, en colaboración con Mirta Varela); “Entre gatos y violadores. El rock nacional en la cultura argentina” (1993); “Cuestión de pelotas. Fútbol, deporte, sociedad, cultura” (1996, en colaboración con María Graciela Rodríguez), “Deporte y Sociedad” (1998, compilador), “Peligro de gol. Estudios sobre deporte y sociedad en América Latina” (2000, compilador), y recientemente “Fútbol y Patria”. También “El fútbol y las narrativas de la nación en la Argentina” (2002); “Futbologías. Fútbol, identidad y violencia en América Latina” (2003, compilador); “Crónicas del aguante. Fútbol, violencia y política” (2004), e “Hinchadas” (2005), escrito en colaboración con otros miembros de su cátedra.
Alabarces participó recientemente del ciclo de conferencias “Tu ciudad es tu cultura” organizada por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Córdoba y el CEA(Centro de Estudios Avanzados- UNC).
. La violencia entre barras ha pasado de la rivalidad entre equipos a las luchas entre barras de un mismo equipo, ¿Cómo explica este fenómeno?
-El problema de la violencia es tan complejo que cuando se dice violencia no se dice nada, porque tenés de todos los tipos. El grupo llamado barra, que la única distinción que tiene con respecto al resto de los hinchas es que pueden volver mercancía a la violencia, esto es venderla al mejor postor, porque como a su vez puede ser excelente fuente de recursos económicos implica disputas internas de liderazgo.
-Entonces son luchas por el poder.
-Aquí en Córdoba ha pasado con la barra de Talleres, pero ha pasado con la de Estudiantes, Independiente. Las diferencias, en general respecto de las viejas barras es que éstas están muy fragmentadas, las fragmentaciones son peleas de poder por la caja. Ahora junto a eso, tenés este dato: a mi siempre me preocupa mucho que no se lea que al interior de la cultura futbolística la violencia es legítima. Para la barra que la vuelve mercancía, para los hinchas militantes que no cobran por pelearse pero van a pelear cada vez que pueden porque tienen que dejar en claro que tienen más aguante que el otro, que van a dejar en alto los colores del club, que van a defender el honor del club. Ahora, la policía que funciona como otro hinchada, si vos analizás los movimientos policiales ante un disturbio te das cuenta que no están reprimiendo, se están peleando, ellos van a pelearse también para demostrar que tienen más aguante que la hinchada y que la van a fajar si es necesario, y junto a eso los lenguajes, las metáforas homofóbicas y agresivas son durísimas, los lenguajes de los periodistas deportivos que transforman a esto en una cosa de vida o muerte y así nunca falta alguno que lo toma al pie de la letra, que es una cuestión de vida o muerte. Si la consigna es a ganar o morir, mejor ganemos y que muera el otro.
-Podríamos decir que la violencia en el fútbol se entiende como legítima.
- Es así. Hay todo un campo que no es solo de las metáforas sobre los discursos, es un campo sobre la racionalidad del deporte hoy es una racionalidad donde la violencia es totalmente legítima. Hay que conseguir ciertos fines y esos fines son el éxito deportivo que implica el éxito económico o el éxito deportivo porque garantiza el éxito simbólico, “mi club ganó mi club es el mas grande, es el mejor”. Entonces para alcanzar esos fines, la violencia es uno de sus argumentos y para nada un argumento malo y no legítimo.
- Entonces, ¿cuál es la pregunta que debemos hacernos ante la violencia?
-José Garrido, un antropólogo que trabaja conmigo insiste en que la pregunta correcta no es porqué hay violencia sino por qué no habría de haberla o porque no hay más violencia. Por ejemplo indagando las hinchadas él y Verónica Moreira descubren que el formar parte de una hinchada, sea del núcleo más duro o del núcleo mas amplio te garantiza un montón de cosas. Legitimidad, visibilidad, contactos políticos, laburo, dinero y hasta minas. Inclusive, resulta que ser miembro de la hinchada dentro del territorio resulta que funciona como argumento de seducción, entonces frente a esa amalgama de cosas, cómo no va haber violencia.
-Pero así esta violencia se vuelve inmanejable.
-El punto es que se ha vuelto masiva, ningún actor fuera de eso existe que pueda tirar la primera piedra , y no van a ser los dirigentes de los clubes. Ellos contratan esa mercancía la usan para laburos punteriles, seguridad en los actos, y la policía no solamente trabaja como una hinchada sino que para la policía la violencia es un negocio magnífico. Porque lo que ingresa por el costo extra de seguridad es mucho dinero, son varios millones al año, entonces a la policía le conviene. Sucede a veces que los clubes piden una cantidad de efectivos y la policía dice que tienen que ser 100 más por ejemplo, si pasa algo, hasta fomentan los disturbios para desmotrar la razón; pero también a veces los clubes contratan un numero que luego la policía no cumple, pero como no siempre ocurre algo, cobran por efectivos que no han enviado. En ese panorama la pregunta correcta no es porque hay violencia, la pregunta correcta es porque no debería haberla.