La foto fue tomada en la estación terminal de la ciudad de Potosí. No crean que a los burros los montan para moverse por la ciudad, solo los tienen para sacarle leche y plata a los turistas. Esos pequeños buses forman parte del sistema de transporte urbano tanto de Potosí como de La Paz. La eficacia del servicio haría morir de envidia a cualquier cordobés. Los cordobeses padecen desde hace años, desde Ramón Mestre para acá, el monopolio del servicio urbano en un par de empresas que han manejado a su antojo la cuestión. Bueno, la cosa fue empeorando, hoy ya se sabe que varios políticos son accionistas y dueños de empresas del servicio urbano e interbuna, provincial e interprovincial. Cualquier esperanza sobre una mejora del servicio es más que una utopía. Allí, en esas ciudades, al revés que aquí, el transporte urbano está desregulado, en manos de cooperativas sindicales. Cualquiera se compra un bus, se incorpora a la cooperativa y labura. El servicio es tan bueno que no hace falta tomar un taxi. A cualquier punto, con una espera de segundos te llevan solo por 50 centavos argentinos. Si algún concejal cordobes se hace un viajecito podría comprobar que es cierto, también Héctor Pfening, el capo mafia de la Fetap.
Los productos periodísticos cordobeses se caracterizan por el afán de alejarse con entusiasmo de la función elemental del género. hay excepciones,claro. Este blog solo pretende estornudar a la hora de la siesta. Un lugar para soltar la bronca ante las ganzadas que se escuchan, se ven y se escriben.
estaba fresco el verano
martes, 10 de marzo de 2009
Bolivia: el transporte urbano que envidian los cordobeses
La foto fue tomada en la estación terminal de la ciudad de Potosí. No crean que a los burros los montan para moverse por la ciudad, solo los tienen para sacarle leche y plata a los turistas. Esos pequeños buses forman parte del sistema de transporte urbano tanto de Potosí como de La Paz. La eficacia del servicio haría morir de envidia a cualquier cordobés. Los cordobeses padecen desde hace años, desde Ramón Mestre para acá, el monopolio del servicio urbano en un par de empresas que han manejado a su antojo la cuestión. Bueno, la cosa fue empeorando, hoy ya se sabe que varios políticos son accionistas y dueños de empresas del servicio urbano e interbuna, provincial e interprovincial. Cualquier esperanza sobre una mejora del servicio es más que una utopía. Allí, en esas ciudades, al revés que aquí, el transporte urbano está desregulado, en manos de cooperativas sindicales. Cualquiera se compra un bus, se incorpora a la cooperativa y labura. El servicio es tan bueno que no hace falta tomar un taxi. A cualquier punto, con una espera de segundos te llevan solo por 50 centavos argentinos. Si algún concejal cordobes se hace un viajecito podría comprobar que es cierto, también Héctor Pfening, el capo mafia de la Fetap.
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