estaba fresco el verano

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lunes, 22 de junio de 2009

Bajo este sol tremendo

Bajo este sol tremendo, primer novela de Carlos Busqued, editorial Anagrama, presentan jueves 25 de junio, 19.30, CCEC

HAY OTRO SOL, UN SOL TREMENDO
por Omar Hefling

Jueves 18, tipo medio día entro al Ateneo. Observo para ver cual de todas las vendedoras está mejor y hacia allá voy.
- Busco una novela..
- - Te acordás el nombre?- me dice como si yo fuera uno de esos lectores de libros de autoayuda que buscan algo de sanación para sus putas almas.
- -“Bajo este sol tremendo”.
- - Es un autor caribeño?, me pregunta la bestia.
- -No, chaqueño. Carlos Busqued, se llama.
- - Ah si me suena. Bueno, en Chaco, también hace calor…
- - Cuánto vale?
- -45 pesos.
- -Lo acaba de editar Anagrama, le recuerdo. Fue finalista del premio Herralde, la semana que viene la presentan en Córdoba a la novela.

A esa altura ya había conseguido la atención de la perrita. Que me miró con unos ojos negros grandotes, asombrada de mis conocimientos literarios y antes que me preguntara más le dije- soy amigo del autor, él asoló cerca de diez años a esta ciudad.
-Que buen dato!. Que bueno que me dijiste, porque si la presentan acá en Córdoba seguro que va a venir gente a pedirla.
- Seguro, seguro que va a venir gente a comprarla para pisotearla y romperla y cagarla encima porque acá dejó a muchas mujeres resentidas.
- Debe ser un tipo interesante entonces…
- Eso dicen los maridos de esas mujeres.

Menos mal que el supervisor se dio cuenta que yo estaba en plan de levante. Me facilitó el tema, la mandó a la pendeja a buscar otro libro y a mi al mostrador a pagar. Menos mal digo, porque salí con Bajo este sol tremendo bajo el brazo, bastante contento y sin mayores motivos.
Un día especial, conflicto de los empleados municipales, nada que hacer en el laburo. Entonces a leer.
Y me subí al delirio de Cetarti y no me pude bajar hasta las seis de la tarde cuando terminé la novela. Hacía mucho tiempo que no leía una novela de un solo saque.
Espectacular, un viaje de ida, sin retorno. Atmósfera de marihuana, vértigo narrativo de cocaína. Hace mucho tiempo que no leía una novela de un solo saque, así como el Cazador oculto, el juguete rabioso, alguna de Manuel Scorza, alguna de Soriano, alguna cosa de Auster, el Martín Fierro. De tiempos donde todavía no tenía alterada mi capacidad de atención.
Sin piedad, sin conmiseración. Así es la vida. Así es la buena literatura, engañosa, te hace creer que escribir bien es fácil, que vos también podrías hacerlo. Una trompada en el hígado que teja babeando, tambaleando. Muchas veces me soñé como Cetarti huyendo con el botín trepando una barranca huyendo hacia cualquier lado. Qué buen final, por fin un perdedor inocente que se queda con la bolsa de un par de hijos de puta. Todas las ilusiones son falsas, toda la esperanza no sirve de nada, todo se viene abajo y no, se abre una puerta y ya estamos del otro lado de la frontera. Hay otro sol, un sol tremendo.