estaba fresco el verano

estaba fresco el verano

martes, 21 de octubre de 2008

¡Se vos mismo, infeliz!! Un libro anti-autoayuda (6)

Foto de la película Olor a cloaca- Brasil

EL SERMON DEL CORRUPTO
por Omar Hefling

Nobleza obliga, yo a la corrupción le debo todo lo que soy. En esta carrera de servidor público he ganado un prestigio que me permite hoy formar a nuevas generaciones de corruptos. Sepan que el pueblo siempre reconoce en las urnas nuestra vocación. ¡ Primero mi patria, qué duda cabe! Pero eso no me impide ofrecer parte de mi tiempo a la causa, para disertar, concienciar, porque si al arte de corromper no lo profundizamos, estamos perdidos. Los enemigos podrán algún día destruirnos. Primero debo reconocer que no me hice corrupto de un día para otro, por un golpe de suerte o por un clic repentino de lucidez golpeó en mi mente para el dulce fluir del engaño. No. No. No fue un loco impulso, un arrebato juvenil, un heroico gesto revolucionario. No. A menudo cuando somos niños cuestionamos a nuestros padres, a la educación, pero luego el tiempo, ese juez implacable, nos demuestra lo equivocado que estábamos. En ese sentido, puedo asegurar sin temor a equivocarme que la educación dio sus frutos y es por eso que nunca me olvido de mis maestros. Estas lágrimas que ven en mis ojos hablan por sí solas. Es que no puedo negar que al fin soy un romántico, lo sé. Muchos de los aquí presentes podrán pensar y con razón, dado que soy un corrupto ejemplar, que en mi anida un ser cruel, despiadado; pero si así lo han pensado puedo afirmarles que se han equivocado. Soy extremadamente sensible y permeable a los sentimientos. Más de una vez he roto en llanto ante la grandeza de ciertos corruptos, verdaderos hacedores de la deshonestidad, que me abrumaron con lecciones ejemplares. Estos hechos son más frecuentes de lo que se supone, porque nuestros corruptos a diferencia de los corruptos de otras nacionalidades abrazan la causa con verdadera vocación. Tan es así, que no hace mucho departiendo con un corrupto mejicano, este me señalaba que había advertido en los argentinos una categoría de corruptos desconocida para él: los corruptos ad honorem. Es decir, lo traduzco, corromper al servicio de otros sin recibir nada a cambio. Me atreví en ese momento a definir a esta gente como los verdaderos poetas de la corrupción. Los líricos de la causa, podríamos decir. Nuestros corruptos abrazan la causa con verdadera pasión y lealtad y siempre están en las difíciles cuando la prensa canalla o algún juez inmoral pretenden mansillarnos. Somos una gran familia, una gran familia unida como pocas. Nuestro supremo suele decir: persiste y corromperás. Por esto siempre repito esta máxima: corrupto amaos los unos a los otros, porque si los corruptos se dividen, se los comen los de afuera. Sepan una cosa, la corrupción exige disciplina y conducta, que no nos traicione la ambición desmedida, seamos siempre equitativos para repartir la torta de acuerdo al orden jerárquico. No pretendan hacerlo todo de una vez, siempre hay otra oportunidad y recuerden que también hay que saber esperar, porque cuando más elevada sean sus jerarquías, más beneficios obtendrán. Yo he dedicado todo una vida a esto y no puedo omitir recordar todo lo que aprendí en mi infancia. Agradezco infinitamente, que siendo un niño ya la educación engendró en mi el germen de la corrupción, plantó la semilla divina por ejemplo, enseñándome la historia de mi país exactamente al revés de cómo había sido.
Yo amaba a los conquistadores y odiaba a los indios. Ahora adulto ya puedo valorar en su justa medida a esa mentira. No se puede ser un corrupto consumado, entiéndase esto desde lo material, si antes no fueron corrompidos los valores esenciales. Toda alteración de principios, leyes, valores sirve. Prepara al soldado, solidifica graníticamente su conciencia. Al respecto el aporte de la iglesia católica es invalorable. La iglesia, al tomar cualquier hecho natural de la vida como pecado, contribuye. Así la grey ante la vida encuentra que todo aquello que merece ser vivido con naturalidad y deseo se convierte en pecado, no tiene otra opción que pecar, es decir corromper su doctrina aunque luego la iglesia perdone ese pecado, no impide el enquistamiento del germen de la corrupción. En la conciencia del católico anida siempre un potencial corrupto. No hay que olvidar en este sentido la educación autoritaria de nuestros padres. Yo tengo al respecto una reflexión que quiero compartir con ustedes: “agradece a la educación el haber hecho de ti un hipócrita. La hipocresía es a la corrupción, como el culo a la camiseta”. La escasa afinidad que existe entre los argentinos y la democracia, también nos ayudó. Nosotros siempre hemos sido fieles a nuestra tradición, nunca perdimos credibilidad a la hora de traicionar. No hay nadie como un político argentino tan leal a la traición. Esto dicho así parece duro pero si no hubiésemos traicionado con tanta constancia a través de nuestra historia hoy no seríamos lo que somos. Si yo estoy aquí es por que quiero de ustedes profesionales con nivel de excelencia. Ahora bien, esto que voy a expresar es de fundamental importancia: el corrupto debe ser implacable, no puede fallar ni ser sorprendido en su buena fe. Si queda al descubierto deberá saber que en ciertas cosas los argentinos son implacables. Tengo una teoría al respecto, por ejemplo cuando un corrupto cae en desgracia, cae en manos de la prensa carroñera, los argentinos reaccionamos con crueldad, impiadosamente porque vemos en el fracaso de ese corrupto, nuestro posible y futuro fracaso. Entonces, atacamos al desgraciado como fieras porque tal vez reaccionamos frente al temor de vernos un día también descubiertos. No perdonamos al corrupto en desgracia, al que fue descubierto. Siempre admiramos al corrupto exitoso. El corrupto exitoso es bien visto por la mayoría de los argentinos, pero nos enardece el corrupto que se deja atrapar. Distinguidos, recuerden siempre, que en este bendito país un acto de corrupción bien consumado, reditúa en prestigio y provoca admiración. Pobre de los honestos que tiene que explicar todo sus actos para justificarse. Ahora quiero pasar a unos pequeños consejos, que aunque todavía son muy jóvenes creo que con el tiempo les serán de extrema utilidad. En campaña, recuerden que deben hablar siempre en defensa del soberano pueblo atacando al vil poder económico. Recuerda, que tu lealtad pertenece a los posibles votantes, y que luego en ejercicio de tu función tu lealtad pertenece a los empresarios. Negocia con ellos, negocia siempre aun a costa de la humillación de tus electores, que por algo te han elegido, porque el pueblo siempre elige a los mejores. Usa los valores democráticos para afianzar tus objetivos, e ignóralos para ejercer. No te esfuerces nunca en legislar normas que no ameriten un negociado. Si beneficias a los poderosos, aunque ahora te parezca una quimera, tú también podrás llegar a ser intendente, gobernador y hasta presidente.