estaba fresco el verano

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sábado, 29 de agosto de 2009

Los incendios en la Cumbre

Foto de mi amigo Daniel Cáceres, los incendios en las sierras cordobesas.

Ni un muerto se salva de pagar peaje

El cortejo no era numeroso, unos siete autos seguíamos al coche de la funeraria que se llevaba al Paco hacia su última morada y deseo, la cremación. Hombre por cenizas, eso es lo queda. Enfilamos hacia el Aeropuerto, hacia el Parque del Recuerdo, un cementerio que queda un poquito más allá del peaje que se ubica un poquito más al norte del mismo Aeropuerto cordobés. Como no lo llevábamos al Paquito a que se tome un vuelo de regreso a su Chile natal, sino a que su cuerpo se reduzca a cenizas, debíamos pasar el peaje. Cuando el cortejo se acercaba, me apresuré a pensar que el coche con los restos del Paco, no se detendría en el peaje. Que abordaría un lateral que estas cajas registradoras disponen para el paso de los policías y las ambulancias en emergencias. Pero no fue así, cuando el coche fúnebre enfiló hacia una de las cajas, un frío me recorrió la espalda a pesar de los casi cuarenta grados de temperatura. El muerto también paga peaje. Paco, después de muerto siguió pagando a la voracidad de algún servicio, en este caso un peaje, el de la empresa Camino de la Sierras. Ese recorrido, no es un momento cualquiera, ese acompañamiento lleno de dolor es interrumpido por la ambición de un capitalista salvaje. Ningún pudor, nada de respeto hacia el dolor ajeno, pague y lleve a su muerto hacia donde puta quiera. Un amigo y periodista, me dijo, estos bárbaros ni siquiera son capitalistas agradecidos, no pueden ver a un muerto como una inversión a futuro. Dado que todos los muertos que reposen en esos cementerios de la zona recibirán cientos de visitas de sus deudos durantes años, por lo que seria por lo menos, un acto de caballerosidad no cobrarle el último viaje. Pero, amigos este es el concepto que se maneja en la libre empresa, en las concesiones de los servicios públicos, después de todo para estas empresas un muerto, no es más que un número, como todos nosotros.