estaba fresco el verano

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sábado, 29 de marzo de 2008

La pasión de Crist, es el dibujo

Lo tenemos aquí entre nosotros, vive en la ciudad de Córdoba a pocas cuadras del centro por la avenida Castro Barros, se llama Cristóbal Reinoso, se hace llamar Crist. Es parte de la cultura de Córdoba aunque sea un santafesino. Es dibujante y humorista gráfico, todos los días lo pueden ver en la contratapa del diario Clarín o caminando por la costanera. Crist carga sobre su robusta espalda un prestigio enorme y la gran admiración de sus pares. En el mundo ha sido varias veces premiado por su talento, en 2005, por ejemplo fue coronado con el Gran Prix, el gran premio de 20.000 euros que otorga el World Press Cartoon, de Sintra, Portugal. El dibujo “Indígena virtual” llevó a Crist a quedarse con uno de los más importantes concursos en el mundo de la historieta y el humor gráfico. Para dimensionar su logro, otros ganadores por categorías fueron el británico Bromley, en humor editorial, publicado en el Financial Times; Sciammarella, de Italia, en Caricatura —un trabajo publicado en El País—, y el polaco Kapusta, con un chiste publicado en el Rzeczpospolita. Además, el premio que otorga el municipio de Sintra tuvo un jurado de lujo: los artistas António Antunes, de Portugal, y Chico Caruso, de Brasil, el investigador español Juan García Cerrada, el periodista francés Pascal Philippe y el maestro uruguayo, pluma y pincel de Clarín, Hermenegildo Sábat. Pero eso no es todo, en 2004, Crist también se llevó el primer premio en la Segunda Competencia Internacional de Cartoon de Irán. Pero hay más, no hace mucho obtuvo una mención en el concurso Greekcartoon de Grecia, que según cuenta Crist, minutos antes de la ceremonia estuvo desorientado, ya que no recordaba si la entrega de premios se hacía en Atenas o Redes Cordobesas. También fue premiado junto a otro dibujante argentino, Jorge Limura en el 6to Festival Internacional de Humor Gráfico realizado en Italia. La última edición de ese certamen anual en el que compitieron los humoristas tuvo por leit motiv el concepto Superhéroes Superhumor, encarnado en las figuras de Tarzán y de Superman. Tanto Crist como Limura obtuvieron uno de los cinco premios de 550 euros que concede el certamen con un chiste sobre El Hombre Mono. Como si no les bastara con la feliz coincidencia de haber sido premiados en el mismo concurso, ambos artistas utilizaron idéntica técnica para realizar sus trabajos: acuarela y lápiz. También fue premiado en Brasil y otros países más, pero ya en 1977 Crist sorprendía a lo grande, fue elegido en Bulgaria para integrar la muestra de “Los 100 humoristas más conocidos del mundo”, que recorrió innumerables países del globo terráqueo. Además, Crist viaja a distintos países invitado como jurado y ha tenido el privilegio de ser asaltado en plena tarea de elección con sus colegas en el Salón de Humor Gráfico de Piauí (Brasil), donde como en Pulp Ficction de Tarantino, de pronto, Crist ve a un hombre delgado con un revolver Taurus calibre 38 especial, con un cañón de seis pulgadas apuntando a uno de sus dibujantes amigos, y luego a cada uno de los que estaban en la mesa. Según Crist, buen conocedor de armas, el Taurus es una copia brasilera del Smith and Wesson del mismo calibre fabricado bajo licencia. “Bueno una cosa es verlo en el cine o tranquilo en tu casa otra es tenerlo en la cabeza o las costillas, el que mas dinero tenia era Dino Alvez (dibujante de Sao Paulo), unos 250 dolares cambiados a reales hacen un montón de plata, a Tabaka (una humorista polaca) le fue peor, no se cuánto le sacaron y además quedó tan shockeada que no podia dormir sola, le tuvimos que dar asilo con mi señora en nuestra habitación”.

Toda gran historia tiene un comienzo insignificante: Para el gran público, Cristóbal Reinoso es un desconocido, y Crist, una leyenda urbana. Los dos son la misma persona con la diferencia de que Reinoso es huidizo, un pibe de barrio de la ciudad de Santa Fe que solo bajaba al centro para los carnavales con el fin de enchastrar paredes del club con veleidades artísticas, tomar shop y escuchar cumbia. Crist en cambio, habla hasta por los codos pero de lo que quiere. A las preguntas las responde hablando de otra cosa y cada dos por tres te lleva de las narices al paisaje mitológico de los años 70. El ahora reconocido dibujante del diario Clarín y admirado artista plástico comenzó dibujando para casa Tía. “Hacía cartelitos. No me tomaron por mis cualidades sino porque me pagaban la mitad del sueldo. Ahí aprendí que podía ganarme la vida con esto, no tratando ser artista”, dice. "Me encanta dibujar, dibujo muchísimo y uso acuarelas, lápices, fibras, hasta café... Toda mi casa es el estudio." Crist se siente dibujante desde el día que una maestra de la primaria, de la escuela Falucho Nº 18, lo mandó a reproducir en el pizarrón lo que había pintado en su cuaderno. "Pinté la creación de la Bandera en el pizarrón del patio. Fue mi primera publicación, que duró 15 días; me creía Miguel Angel." Luego, en Santa Fe, Crist se zambulló en una agencia de publicidad que trabajaba para Canal 13 de allí y hacía bocetos de películas que nunca se filmarían, por un pequeño inconveniente: “No sabíamos como se hacía la televisión”. “Ahí aparecen dos tipos de Córdoba que hacían comerciales televisivos y dibujos animados. Al año deciden regresar a Córdoba y, entre los souvenires, me trajeron a mí. Yo tenía 20 años”.

Un tiempo clave, un cambio de época: Así Reinoso se queda escuchando cumbias en Santa Fe y Crist se convierte, de rompe y raje, en un demonio. “En el 68 ya era autónomo, sentí de cerca los ecos de la muerte de Pampillón (el estudiante que es asesinado durante el Cordobazo), viví esa ebullición. En ese momento Córdoba era la columna de la política argentina y eso lejos de amedrentarme, me alentó a quedarme”. Hasta que en el 69 a la revista Gente se le ocurre buscar al humorista del año y lo encuentra en Córdoba. Ese premio para Crist sería la puerta hacia el futuro. Antes había empezado a colaborar en Opinión Deportiva para seguir en Rico Tipo, Patoruzú, Hortensia, Satiricón, Humor, Chaupinela, Mengano y Clarín. Pero también como artista plástico expuso en Barcelona, La Habana, Asunción, Rosario, Puerto Madryn y Buenos Aires, y, como fotógrafo amateur, su comentario es que “cuando me salen un poco movidas digo que son fotos de autor”. "De vez en cuando expongo, pero no me hago mucho el artista. Para hacer una carrera tenés que dedicarle la vida; lo que yo hago es darme el gusto", dice sobre su labor artística. Después vinieron varios libros: “230 después de Crist”, “¿Quién es Crist?”, Crística de la razón pura, Sálvanos Crist. Pero de pronto, Crist se cae por el embudo vertiginoso del tiempo hacia la matriz generadora de sus sueños, al origen del fuego sagrado a donde concurre para seguir creando. “Cuando yo empecé no se hablaba de humor gráfico como ahora. A eso lo inventamos todos los de mi generación que creamos el humor gráfico como profesión. Lo instalamos y generalizamos. Fontanarrosa, Mordillo, Caloi, Oski, entre otros tantos, y sobre todo Quino, quien fue el que más lo jerarquizó. Antes los dibujantes de humor eran los de Rico Tipo y Paturuzú pero que no tenían otras inquietudes, digamos, más intelectuales. Los dibujos ya opinaban desde otro punto de vista. El acierto nuestro de la página de Clarín fue que empezó a hablar de lo que pasaba acá; en los diarios no había chistes nacionales; todo lo que se publicaba eran tiras norteamericanas” reflexiona. Crist, ahora mimado por la crítica, el hombre que dibuja con todo el cuerpo y con todo lo que se lleve por delante, es una agradecido de la gente de su generación que forzó un cambio de época. “Fue un cambio para bien y para mal. Con desaparecidos y todo, pero un cambio. Los ecos del Mayo Francés, los Beatles, García Márquez, Vargas Llosa, el mismo Borges, el cine. A todo eso lo viví en Córdoba, se dio otro tipo de movimiento y yo había llegado al lugar justo en el momento indicado. Era el eco del trabajo de un par de generaciones que condicionaban el paisaje. El paisaje condiciona al hombre, el paisaje quiere decir muchas cosas, no solamente una montaña, me refiero al paisaje cultural”

Exilio, García y la Máquina de Hacer Pájaros: Crist vivió dos años en España. Se mudó a fines de la dictadura junto a su familia y, previo paso por Italia, retornó con la primavera democrática luego de haber sido junto Alberto Cognini, los dos únicos humoristas incluidos en las listas negras de la dictadura militar. “No sabía que pertenecía al grupo de “antecedentes ideológicos desfavorables”, dice el dibujante y humorista. “Es un gran halago, aunque el criterio era tan arbitrario que podría haber estado hasta Robinson Crusoe”.Crist, que en ese momento vivía en Córdoba, trabajaba en la revista Hortensia “y tomaba bastante vino; ¿quién sabe lo que pude haber dicho en un boliche a la madrugada?”. En el 81 se fue a España. Pero su labor trascendió el ámbito del humor gráfico para instalarse en la historia del rock argentino. Charly García se inspiró en una historieta de Crist para bautizar a una de sus célebres agrupaciones: “La máquina de hacer Pájaros”. El personaje se llamaba “García” y la historieta “García y la Máquina de hacer Pájaros”. Este personaje de Crist es el que aparece en la tapa que el dibujante hizo especialmente para el primer disco de esta banda clave de los años 70.

Hortensia y Harry el Sucio: El primer chaparrón de suerte lo empapa a Crist allá por el ´69 cuando a la revista Gente se le ocurre buscar al humorista del año y lo encuentra en Córdoba. Ese premio para Crist sería la puerta hacia el futuro. “Eso me dio cierto prestigio, me podía sentar en la mesa de los bares con notables pintores a tomar vino. Porque yo de Santa Fe traía el gusto por la lectura, gracias a mi padre y, gracias a él también, el placer de degustar un vino. Mucho tiempo después me di cuenta que esto no era poca cosa”. A Crist, gracias a los truenos de su talento, la suerte lo empaparía por segunda vez y por mucho tiempo. Vino, un poquito antes de Clarín, y fue la revista Hortensia que para Crist era como el New York Times. Pero antes, desde siempre estuvo su capacidad de parodiador, de parodiar doblajes caribeños de películas como “Harry. El sucio”, “Magnun 44”, o relatar un partido de fútbol con el lenguaje poético de Armando Tejada Gómez en las peñas. De ahí que podríamos decir que los fanáticos de las historietas de Fontanarrosa: “Boogie el aceitoso” e “Inodoro Pereyra” le deben un agradecimiento primero al talento del rosarino y después a Crist. Porque Fontanarrosa, de tanto escucharlo se inspiró en el señor Crist y creó esos dos personajes sin otra intención que la de hacerle un regalo. En el camino los pescó Alberto Cognini y los publicó en Hortensia, y lo demás es historieta demasiado conocida. En esa época vive en pensiones, se relaciona con estudiantes, cuenta cuentos en las peñas, se para sobre una mesa y con voz de doblaje centroamericano narra una de esas películas malísimas y previsibles del cine norteamericano donde el héroe o el bandido es rodeado por la policía, actúa todos los personajes, reproduce el sonido del helicóptero suspendido sobre la casa del condenado, de la balacera que se desata como una granizada y culmina con una frase aleccionadora y obvia del jefe del operativo. Aplausos. Córdoba era una fiesta. “Quilombo”, corrige el maestro.

Pasen y vean, el circo de Cristóbal: Ahora Crist confiesa que para el trabajo diario en Clarín tiene una compañía teatral de personajes a los que hace actuar según el caso: “son como íconos, si quiero hablar del ser nacional ordeno que actúe un malevo. Si quiero profundizar más la cuestión entra en escena un gaucho. Si quiero hablar de la ingenuidad o con agudeza recurro a los chicos. Si es el absurdo o el desplante, le pego un grito a quienes nos miran desde afuera, a los marcianos; a un inspector con impermeable amarillo para los casos policiales y a una periodista que siempre me salva porque sintetiza muchas cosas y recuerda a la televisión. Es como un circo al que hecho mano según la ocasión”.
Los tipos que están contra los judías no te andan con indirectas, los temas son directos e implícitos Vos viste lo que son las fotos que salen en todos los diarios del mundo, en el Times, en el Clarín, ese enorme tanque que entra a Palestina y los pibes que le tiran piedras, esa es la foto que vemos todos los días desde hace años, todos esos pibes son adolescentes, pero en el dibujo premiado en Irán, yo le hice uno chiquito que le está tirando al tanque un osito de felpa porque no tiene otra cosa para tirarle. Entonces vos ves ahí como es el juego gráfico, que puede ser el mismo del tipo que se le paró a los tanques en Checoslovaquia o la misma imagen del estudiante en Tian a Men en China. Siempre hay un tipo así chiquitito que enfrenta a la mole blindada, a la cuestión bélica, a la guerra, a la violencia, asi que tampoco invento nada. Simplemente, hago el juego, acomodo las piezas de la noticia, entonces el problema comenzó porque a ese premio me lo dieron en Irán, ese es el problema. Pero para el aniversario de la AMIA, la comunidad judía me invita para que envié un testimonio y les encantó el dibujo que les envié. Pero como hay cazadores de brujas en todas partes, algún sector no vio bien que me premiaran en Irán, como se sabe un país enfrentado con Israel. Sucede también que los iraníes son provocadores en serio, pero sucede que yo envié a ese premio porque sencillamente es un concurso muy importante del mundo. Por suerte, todos los judíos lo comprendieron y nos terminamos riendo mucho del tema.
Yo en estos no necesito poner un abogado que me defienda, los dibujos se defienden solos. Yo les dije, estoy yo haciendo algo que los ofende, estoy levantando tumbas, dibujando la esvástica,
Crist, acaba de presentar en Córdoba una edición de lujo de sus trabajos que editó Sudamericana, viaja seguido invitado como jurado a distintos países, la vida le sonríe. Sin embargo, Cristóbal, está triste y no deja de hablar de su inseparable amigo Roberto Fontanarrosa. “Nos dimo cuenta tarde que los dos podíamos trabajar juntos”, dice luego que la enfermedad que finalmente le provocó la muerte a Fontanarrosa, le impidiera dibujar. “Lamento que esto no se dio antes, cuando el Negro estaba bien, porque hicimos una dupla que funcionó muy bien”, recuerda, y le hace escuchar a este cronista, la voz de Fontanarrosa que quedó grabada en el contestador de su teléfono: “Cristóbal- dice el negro- después de que vuelvas de tus caminatas a lo Forest Gump, llamame”.


Fragmento de la presentación de una muestra de la obra de Crist por Miguel De Lorenzi en las Jornadas Universitarias sobre Diseño de Información en el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA).
Crist dibuja con todo el cuerpo. Sentado en su tablero o en la mesa de un bar se apodera de energías sin rumbo y las pone en caja en su pequeño block o en una hoja de 70 por un metro.Su dibujo tiene algo difícil de encontrar en otros artistas: es puro Crist. Dueño de un estilo propio, se da el lujo de tirarlo por la borda cuando le parece y, paradójicamente, seguir siendo puro Crist. Podemos explorar sus trazos en cualquiera de sus obras y nos será difícil encontrar rastros de otros grandes, aunque Crist trabaje con la pasta de los Steimberg o los Steadman.Ante un dibujo de Crist, a veces me propongo un desafío: mirarlo en su totalidad y luego recorrer las líneas haciendo lupa; la experiencia resulta reveladora: el drama y la alegría que contagia Crist se manifiestan en cada centímetro cuadrado, en cada trazo de su obra.Para su labor en la prensa diaria Crist suele decir que él primero se preocupa por el dibujo, y luego, como un agregado, van los globitos con el texto. Le creo hasta por ahí, no más. Crist es también un observador agudo de la realidad: no le hace asco a ningún tema: su mirada inteligente a veces tierna, a veces crítica o despiadada, se posa ya sea sobre rock, la guerra o la vida cotidiana, implacable y certera. Lo que se dice, un dibujantazo que encima piensa.

Crist por Caloi (prólogo de la Pasión de Crist- Editorial Sudamericana)
Crist es un tipo inabarcable. Así como sobre mi pesa la acusación de llevar el humor hasta las fronteras de la poesía, el Negro Crist pasea con comodidad el humor por todo el territorio plástico y muchas veces, a pesar de haber nacido en el terreno del humor y la historieta, son estas ideas- humorísticas e historietistas- las que tienen que correr para alcanzar a sus dibujos. Y, en ocasiones, lo consiguen. Cuando los alcanzan, Crist descorre la vieja “cortina de hierro” y logra esa síntesis, casi de isotipo, de los gráficos eslavos. Otras veces, las observaciones conviven con las técnicas del grabado, los grafismos orientales, las tumultuosas aguas de las acuarelas o con líneas y transparencias de la lavandina, el vino tinto, cepillo de dientes a pila o con las huellas que deja un “jeep loco” sobre el papel. Dibujante compulsivo, tiene impregnado los colores del país interior y, en especial, los de su Córdoba natal, esa que tiene marcada a fuego por haber nacido en Santa Fe. Crist es un tipo inabarcable. Mejor así, dejarlo suelto.



Un día de trabajo entre Crist y Fontanarrosa

Instrucciones de Fontanarrosa para los dibujos

Fontanarrosa.
Cristóbal:
el contrabandista quedó fantástico. La cosa, a mi juicio, es que los textos, no jodan al dibujo, metiéndose entre medio. Que ocupen el espacio de arriba preferentemente. Mi idea es empezar a publicar tus dibujos el 20 de febrero, cosa de agotar mis chistes de actualidad y algunos pelotudos de reserva como el que salió hoy referido a una crisis entre el gobierno y la Iglesia de hace mil años. De esta forma tendríamos un buen stock de chistes atemporales tuyos para ir mechando con muchos de actualidad. Te mando otros cuatro.

Chiste 1- dos viejas o semiviejas hablan. Cerca se ve una computadora.
-No entiendo de computación, Rosita. Pero creo que estoy recibiendo mucho correo basura.
- ¿Y qué dice?
- No sé, porque llega escrito en inglés. Pero me parece que me escribe mucho un tal: señor Viagra.

Chiste 2- madre le comunica al padre. Atrás puede verse adolescente desolado.
- El nene chocó con el auto. Dice que se distrajo mirando la pantalla.
- Le dije que no manejara hablando por el celular.
- No. Chocó en el autocine de verano.

Chiste 3- pareja de turistas, llorosos, declarando en una comisaría frente a un sumariante.
- Queremos denunciar otro robo en la Costa.
- ¿Me puede describir al asaltante?
- Si, tenía saco blanco, moñito, una bandeja y me cobró 25 pesos un café.

Chiste 4 – pareja de turistas, con chicos, frente a la lista de precios en la puerta o en la vidriera de un restaurant.
- La verdad es que nunca imaginé que Punta del Este estaría tan caro.
- Si estos son los precios en la Mansa…no quiero ni pensar lo que deben ser en la La Brava…

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