estaba fresco el verano

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viernes, 8 de enero de 2010

Fin de año con pájaros en la Plaza San Martín



Hay un designio pueblerino en esta ciudad, Córdoba se dice una ciudad turística y en un fin de año, un 31 de diciembre la ciudad se cierra, se detiene, se paraliza, cuando en las grandes ciudades la gente toma las calles. No hay nada abierto, los turistas se refugian en los hoteles, único lugar donde todo sigue con cierta normalidad. Pensemos que es la segunda ciudad del país, pero en ocasiones así se ve como cualquier pequeña capital de provincia. Pero mi curiosidad desde una terraza privilegiada era saber si en la Plaza San Martín, refugio de los pobres y solitarios, habría gente sentada en un banco esperando el año nuevo. Y había, dos hombres mayores en un banco conversando sin prestarle demasiada importancia al cruce de año, una mujer sola con un bolso en otro, dos policías amables rondando, otro hombre solo sentado en medio del banco como tratando de no caerse del mundo. No había mendigos, porque la nueva plaza se hizo pensando en correr a los mendigos y más arriba los chicos de un call center se paraban desde sus puestos de esclavos contemporáneos para festejar.
Pero lo que más me sorprendió que la Plaza estaba llena de pájaros. Cuando se desató el estruendo de los festejos cientos de pájaros asustados salieron de los árboles en busca de refugio en lo más alto de las cúpulas y edificios cercanos. Pensaba entristecerme pero no fue así, después de todo la soledad seguía estando detrás de las paredes, alrededor de las mesas y no en una plaza, como yo suponía. Como se verá la percepción de los escritores no siempre es la más acertada.

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