estaba fresco el verano

estaba fresco el verano

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Escenas chinas

Escena quinta: Mesetas ermitañas, poemas de Cecilia Carrizo

Una manada de puerco espines, en un frío día de invierno, se apretujaron juntos, para protegerse, con el calor recíproco, de quedar entumecidos. Sin embargo, muy pronto sintieron las espinas de cada uno; el dolor los obligó a alejarse de nuevo el uno del otro. Luego, cuando la necesidad de calentarse los llevó de nuevo a estar juntos, se repitió aquella desdicha; de modo que se movían inquietos de allá para acá entre dos males, hasta que encontraron una moderada distancia recíproca, que representaba para ellos la mejor posición. A. Schopenhauer, Parega und Paralipomena.

1775 a.C.

Shang talla en el crepúsculo
los caparazones de tortuga recogidos en la arena
Tornará la curvatura de su amor en un tigre o un dragón
para ofrendarlo
junto a las plegarias grabadas en los huesos
a la aurora que envolverá su ermita

283 d-C

Tzu-yeh se descalza
Alisa sus ropas y acomoda los cabellos
Debe entrar nuevamente a la casa
Las cañas expanden su sonido acompañando el regreso
Y los pavos inician su vuelo hacia el sureste
La mañana será fresca


405 d.C

Mulan inicia con el atardecer
la balada que escribiera en Campo y Jardín
Sus movimientos desplazan las sombras
invocando el baño de plata
con el que la luna calmará el dolor de lejanía
Refugio y consuelo sobre el tablado cubierto de escarcha

637 d.C

Tao Yuanming aspira el perfume del melocotonero en flor
sentado en el pequeño banco de madera
del que no se levantará hasta que el sol haya cruzado la mitad del cielo
y se instale como una sombrilla sobre la cabeza descubierta
abrazándolo de silencio
mientras acaricia con su mirada
la aterciopelada piel del fruto que vendrá

Del siglo XVIII d.c al 100.000 a.c

Me mudé
He huido de la cueva de Hércules
que por las noches cocinaba mis vísceras con sus hazañas
y durante el día
dibujaba con las cenizas pictografías de ciervos cazados por hombres con flechas
Estaba un poco cansada del culto a lo inerte
todavía me habita la contradicción y el presente
No estoy para lo inmóvil
Ansiaba romper el ápice de mi existencia para multiplicarme desde las yemas
en caparazón de cangrejo ermitaño
y desplazarme con él

Amanecemos caminando de costado para enfrentar la marea
y cuando la bruma se disipa
comenzamos a cavar en la arena nuestro próximo refugio

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